20 meses ha sido el cómputo general que arroja la gallega provincia de Ourense entre alertas por sequía (5 meses) y prealerta (15 meses). Una situación que solo han solucionado las constantes lluvias del mes de marzo.

Ha sido el pasado viernes, 6 de abril, que la Oficina Técnica de la Sequía de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil (CHMS) ha desactivado la prealerta y sus funciones, pasando ahora la pelota a la Oficina de Planificación Hidrológica, que es la institución que se ocupa generalmente.

La imagen verde de Galicia seguirá cambiando

Al menos es lo que advierten para la provincia de Ourense, en las zonas que recorren los ríos Miño y Sil.

Los cambios de estos últimos años en cuanto a precipitaciones, arrojan el resultado de situaciones extremas.

En Ourense hay un dicho: “tres meses de inferno e nove de inverno”, tres meses de infierno y nueve de invierno. Recuerda que las temperaturas suelen oscilar mucho y que cuando hace calor uno se achicharra, pero, fuera del verano, nos tenemos que acostumbrar a la lluvia, la niebla y el frío.

El presidente de la CHMS, Francisco Marín, advierte que las tornas están sufriendo cambios. Desde el año pasado, en diferentes entrevistas, advierte de la nueva dinámica: situaciones de lluvia y sequía extremas. Meses sin ver apenas precipitaciones y semanas seguidas de agua. Por eso, con sus compañeros técnicos, avisa de las próximas sequías: que pueden volver pronto, que hay que preparar y presentar protocolos de actuación ya.

Las administraciones guardan silencio

Marín se duele por la situación administrativa, que parece hacer oídos sordos a sus llamadas de atención. En concreto, ha comentado que la presentación, o renovación, de los protocolos en caso de sequía afecta, especialmente, a los municipios de 20 000 y más habitantes.

A fecha de hoy, solo un ayuntamiento ha presentado un protocolo y, para eso, no definitivo, sino un borrador pendiente de mejoras.

Del resto, nada se sabe. Parece que esperasen a que vuelva la falta de agua para actuar.

Sin embargo, la postura del presidente de la CHMS es clara: la sequía volverá, quizás más pronto que tarde. Y lo hará de modo frecuente. La tónica, que no la excepción, es lo que hemos vivido estos últimos años.

Galicia al completo fuera de alerta

La de Ourense no fue la única alerta desactivada. También lo hicieron desde la Oficina Técnica de la Sequía de la demarcación Galicia Costa. En ambas, se revisaron el caudal de los ríos y la capacidad de los embalses, dos puntos básicos para activar o desactivar las alarmas de este tipo. Solo ahora, tras las precipitaciones de marzo, Galicia vuelve a la tranquilidad de la disponibilidad de agua abundante.