Después de años oyendo de dietas bajas en calorías, carbohidratos y grasas, de pronto ha apareció una que enfatiza en el uso sensato de las llamadas “grasas y carbohidratos buenos”, que incluye recetas sabrosas, meriendas y hasta postres. Y lo mejor es que tiene excelentes resultados; perdiendo entre 3 y 6 kilos en las primeras semanas.

Los principios de la dieta

El Dr. Agatston, reconocido cardiólogo radicado en Miami, Florida, desarrolló un método para ayudar a sus pacientes a mejorar la química sanguínea. A mediado de los noventa, se dio a la tarea de ensayar un sistema alimenticio que evitaría los ataques cardíacos y controlaría la diabetes.

Al ser aplicadas a algunos pacientes estos luego de usarla volvían más sanos y con menos peso. Estaba en los inicios de la notoriedad alimenticia.

Al principio, el éxito se limitó al boca-boca, o más exactamente, al copia-copia, porque sus pacientes copiaban la dieta y se la enviaban a sus parientes y amigos por todo el país. Después vinieron más estudios y descubrimientos, y aplicó las grasas y carbohidratos buenas a un sistema, lo fue mejorando hasta que dio su próximo paso: la publicación de su libro. Con un resultado de popularidad absoluta.

El triunfo de las grasas y carbohidratos buenos

Este éxito no es casual que, dado su mayor contenido de colesterol bueno, se haya multiplicado el consumo de aceites insaturados.

Entre los monoinsaturados reina el aceite de olvida, y entre los poliinsaturados, el de girasol.

En cuanto a los carbohidratos, tampoco es fortuito que los anaqueles de los supermercados ofrezcan una mayor variedad de panes y golosinas confeccionados con harinas menos procesadas; o sea con mayor cantidad de fibra: un obstáculo beneficioso en el proceso digestivo, porque cuando los carbohidratos se digieren con mayor lentitud, el sistema produce menos insulina.

Y entre menos insulina, menos dramático es el bajón de azúcar. Al comer productos procesados (harinas blancas, arroz, azúcar) se precipita el proceso digestivo, disparando la producción de insulina.

Al controlar las grasas y los carbohidratos que ingieras, se regula la química de la sangre. ¿Como? Comiendo grasas positivas en vez de saturadas, eliminando los almidones en lugar de todos los carbohidratos como en otras dietas.

El plan

La dieta está dividida en tres fases: pierdes hasta 6 kilos, la segunda te llega al peso deseado, y en la tercera te mantienes saludable y estable. En importante beber mucha agua. En los primeros quince días, no consumir ningún alcohol. En la segunda fase podrás consumir al menos una copita de vino.

Anímate, podrás comer carnes magras en abundancia y ensaladas aliñadas con aceite de oliva. Muchas personas se asombran por la cantidad de huevos que se come en las dos primeras semanas. A este alimento se le ha creado una mala imagen, pero ellos contienen un alto contenido proteico y son una excelente fuente natural de vitamina E, por lo tanto, disfrútalos con moderación en sus diferentes presentaciones.

El régimen también incluye dos meriendas de rigor durante las primeras dos fases. Una alrededor de las 10:30 de la mañana, para evitar el hambre desesperada antes del almuerzo, y otra en la tarde cuando ataca la necesidad de comer cualquier cosa. En la mañana puedes comer un palito de queso bajo en grasa, y en la tarde pueden ser 15 almendras o 30 pistachos, que son entretenidos porque tienes que romperles las cascaras para comerlos. Y en la cena no olvides comer un postre sin azúcar porque es el elemento que te mantendrá perfectamente satisfecha después de la cena.

En la segunda fase, reintroducirás ciertos alimentos “prohibidos”, por ejemplo: las frutas, algunos cereales, pan, pastas y arroz integrales.

Se debe hacer con conciencia y durante el tiempo necesario hasta que llegues a tu meta. A partir de entonces, entraras en la etapa final: la de mantenimiento. Y lo harás para siempre porque tus hábitos alimenticios harán cambiado radicalmente para convertirse en parte natural de tu existencia.

Para ayudar a mantener un peso adecuado también es recomendable hacer un poco de ejercicio o por lo menos hacer caminata de 20 minutos, tres veces por semana y tener una actitud positiva, es el mejor complemento para cualquier actividad.