Un ataque cerebral pasa cuando se interrumpe el flujo sanguíneo al cerebro y de inmediato las células del cerebro mueren. Existen dos tipos de ataque cerebral: isquémico, que ocurre cuando se presenta un coágulo de sangre que obstruye el paso de sangre al cerebro; y el hemorrágico, que es el más riesgoso es el ataque cerebral mejor conocido como “derrame cerebral” y es cuando un vaso sanguíneo se rompe.
Una de las causas del derrame cerebral puede es la fibrilación auricular, que son coágulos de sangre en el corazón, que pueden desplazarse hasta el cerebro donde puede ocasionar un derrame cerebral.
Síntomas de un derrame cerebral
Algunos de los síntomas de un derrame cerebral son:
- Inmovilidad del rostro, brazos o piernas; casi siempre de un solo lado del cuerpo.
- Gran dificultad para hablar u oír.
- Ceguera de un ojo o ambos.
- Mareos y movimientos no coordinados,
- Incapacidad para caminar.
- Dolor de cabeza repentino y agudo.
Atención medica
Una atención médica rápida puede ayudar a evitar más daño en el cerebro.
Si la persona no se atiende lo más rápido posible, los daños pueden ser devastadores e irreversibles. Aquellas personas que han sufrido de un mini derrame cerebral están muy propensas a sufrir otro a los pocos días .
Los derrames del cerebro isquémicos ocurre frecuentemente cuando se acumula grasa en las arterias, cuando estas arterias están muy estrechas y tienden de romperse.
El ataque cerebral hemorrágico ocurren en un 20% de los casos y la causa principal es la presión alta. Es importante tener en cuenta los síntomas de un ataque cerebral ya que si se presentan es necesario actuar de manera rápida, ya que en estos casos cada segundo cuenta. Mientras más tarde el paciente reciba ayuda médica, más daño puede ocasionar el ataque en el cerebro.
El paciente recibirá un activador tisular del plasminógeno, que es un remedio que disuelve los coágulos de sangre y puede evitar un daño mayor al paciente.
Factores de riesgos
Los factores de riesgo son colesterol alto, personas fumadoras, problemas cardíacos, presión alta, entre otros. Los ataques cerebrales no respetan edad y sexo, pero a medida que se envejece se incrementa el riesgo de ser víctima de un ataque.
Tener una vida sedentaria, fumar, tener malos hábitos alimenticios, beber en exceso, hipertensión, estrés, Enfermedades cardíacas, son factores que pueden desencadenar un derrame cerebral.
En general se debe llevar una vida lo más sana posible con buenos hábitos alimenticios y descanso.
Es recomendable siempre chequearse la presión arterial para saber si se sufre de una hipertensión ya que esto puedo aumentar el riesgo de que se presente un ataque.
Hacer ejercicio es la manera de prevenir estos impactos dañinos a la salud. Ejercicios sencillos como caminar una hora al día, pueden conservar unas arterias en buen estado.
El hábito del cigarro incrementa el riesgo de padecer un ataque del cerebro, así que es recomendable abandonar este mal hábito