En todas las pesadillas infantiles, las madrastras son esas figuras malvadas y perversas de los cuentos de hadas. Y seguro que nunca pensaste que un día serias una de ellas. Afortunadamente ya no se trata de historias irreales, sino que son situaciones muy frecuentes en las que la malvada madrastra nada tiene que ver con las mujeres modernas de hoy día.
Te has enamorado de un hombre con el que deseas compartir tu vida.
Hasta aquí, todo normal. Pero tú no eres una novia tradicional, porque el novio viene con el lote completo. Puede que tus primeros días de convivencia no sean un lecho de rosas porque te enfrentas a un papel incomodo, así que has de estar preparada si quieres que triunfe el amor.
De entrada, no esperes que los hijos de él te reciban con una alfombra roja, porque te verán como una intrusa. Y por muy inteligente y sensata que seas, no te van a bastar las buenas intenciones. Es fundamental asumir una posición de fuerza, autoestima y respeto.
Dos grandes prioridades. Una fuerte confianza en ti misma y en la relación con tu pareja será la base para afrontar la nueva situación:
Tu bienestar es fundamental
Para muchas mujeres es desconcertante comprobar que todo el mundo se preocupa por cómo afecta esta nueva situación a los hijos, pero nadie piensa en ellas.
¿Alguien recuerda el nombre de la madrastra de Cenicienta? Tu bienestar, la confianza en ti misma y una sólida autoestima te ayudarán a afrontar esta situación y a establecer unas relaciones positivas con tu pareja y sus hijos.
Tu estabilidad emocional es fundamental porque repercutirá en la estabilidad de toda la Familia. Así pues, es prioritario que te cuides. Encuentra tiempo para mimar cuerpo, mente y espíritu. Arréglate, haz cosas que te gusten y te hagan sentir bien. No te sacrifiques en exceso por los demás porque solo conseguirás almacenar resentimiento.
Si estás nerviosa o deprimida, construirás relaciones negativas y caerás fácilmente en conflictos familiares. Seguramente, tendrás la tentación de intentar comprar la aprobación de sus hijos comportándote como no eres.
Es más sensato ser tu misma y que encuentres tu propio estilo de vida en esa familia. Tu has elegido esa opción para ser feliz, no para ser desdichada. Tus necesidades han de estar cubiertas y debes sentirte satisfecha con tu nueva vida. Si no es así deberías plantearte un cambio de situación.
Tu pareja, el mejor apoyo
Nunca descuides tu relación de pareja. Juntos son invencibles, además, un fuerte vínculo entre los dos es el pilar de una sólida familia recompuesta. Si la comunicación y el dialogo son básicos en cualquier relación, entre ustedes tienen que multiplicarla por tres, comenta hasta el mínimo detalle antes de que se convierta en un problema.
Tú has de confiarle tus inquietudes e inseguridades y a la vez, intentar comprender su punto de vista.
Para él también es una situación complicada. Puede verse en medio de un fuego cruzado entre sus hijos y tú, una tensión a veces caldeada por la ex mujer y las familias respectivas. Además, tienes que formar un frente común ante los hijos y no mostrar tus discrepancias delante de ellos.
Hay que considerar que si los Niños ven lo mucho que se quieren, aceptarán mejor la relación. Cuidado, a veces, las demostraciones efusivas de cariño pueden incomodarles, e incluso producirles rechazo. En la intimidad en cambio no debe hacer limite a demostrar afecto. Debes encontrar un equilibrio entre cuidarlos y cuidar tu relación, busca momentos íntimos para los dos, salidas regulares, fomentar el romanticismo y la pasión.