Con las mascotas, el cariño fluye libremente en una relación de amistad verdadera. perros, gatos, pájaros, tortugas, incluso hámster, nos dan lecciones magistrales sobre el verdadero amor, más feliz en la entrega que en la demanda; en la aceptación que en la discusión. Quien los tiene en casa conoce bien la alegría que pueden aportar a sus vidas y se maravillan con la inteligencia de estos seres tan bondadosos.

En las últimas décadas, numerosas investigaciones demuestran que esta capacidad natural de los Animales para comportarse de manera amorosa tiene enormes beneficios pues, como todas las buenas relaciones su afecto y atención repercuten positivamente en nuestra salud.

Caricias y mimos

Muchos son los médicos que recomiendan hacerse con una mascota y cuidar de ella como si fuera parte de la familia. Se sabe, por ejemplo, que unos momentos de caricias y mimos a un animal de compañía reducen el nivel de estrés y la presión arterial.

Asimismo, una mascota amistosa hace que, por empatía, su propietario se vuelva amistoso. Esto se puede comprobar en un parque. Un perro que atrae a los paseantes por su carácter afable hace que su amo entable conversaciones agradables con quien se dirige a su mascota. Por otro lado, este paseo es un buen momento para el ejercicio. Jugar, correr, trotar…

Son cosas que le encantan al perro y que nos mantienen en forma. Además, los animales nos dan seguridad al hacernos sentir menos solos y ayudan a desconectar da la rutina y los problemas.

Incluso pueden ser un método para evitar la depresión y ser más positivos por que el cuidador se siente útil y querido: sabe que alguien lo necesita.

Sano enriquecimiento, los beneficios de las mascotas

  • Compañía y entretenimiento. Tener una mascota da la posibilidad de paliar la soledad (especialmente en las personas mayores) y de ocuparse de algo que nos distrae y ayuda a descargarnos, lo que disminuye los niveles de
  • Nos dan cariño y demandan afecto. Las caricias y los mimos que profesamos a los animales favorecen la demostración de afecto y sensibilidad. Del mismo modo, estos nos recompensan, pues siempre –pase lo que pase– nos reciben con su amor
  • Aumentan la autoestima porque hacen sentir al dueño querido y necesitado; así, mejoran nuestro equilibrio emocional y autoconfianza.
  • Desarrollan nuestro sentido de responsabilidad, sobre todo en los niños. Según algunos psicólogos, los pequeños que tienen mascotas son más responsables que los que no, al aprender a hacerse cargo de otro ser.
  • Enseñan el respeto por la convivencia y aumenta la comunicación. Cuidar de un animal es aprender a respetarlo y atender sus necesidades. Asimismo, las mascotas favorecen el contacto y la comunicación de una familia ya que estas suelen ser motivo de anécdotas y observaciones.
  • Producen relajación por tacto. Solo el hecho de acariciar a una mascota, ya reduce nuestra presión sanguínea y propicia la distensión muscular, por eso nos relajan interiormente.
  • Estimulan el ejercicio físico. Salir a pasear, jugar en casa, lanzar una pelota en un parque, bañarles, peinarles… Son acciones que contribuyen a llevar un estilo de vida activo.

Ante todo decisión meditada

Acoger a una mascota en casa también implica toda una serie de obligaciones.

Antes de hacerte con ella, se consciente de los siguientes puntos:

  • El espacio físico disponible. El animal elegido debe poder instalarse en algún lugar concreto.
  • Hay que preguntarse si uno está dispuesto de verdad a responsabilizarse del animal: alimentación, limpieza, veterinario, paseos, afecto, compañía… para recibirle y atenderle como merece.
  • Es probable que el animal se muestre nervioso al principio porque, primero, le cuesta adaptarse a la nueva situación. Si le dedicas tu atención, no tardará más de unos días en lograrlo.