La terapia con mascotas se basa en el vínculo humano-animal preexistente. Interactuar con una mascota amigable puede ayudar a muchos problemas físicos y mentales. Puede ayudar a reducir la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular general. También puede liberar endorfinas que producen un efecto calmante. Esto puede ayudar a aliviar el dolor, reducir el estrés y mejorar su estado psicológico general.

La terapia con mascotas se puede usar de muchas maneras diferentes. Los objetivos definidos son una parte importante de la terapia, y su progreso será registrado y seguido en sesiones estructuradas.

¿Son mejores los perros o gatos para la salud emocional?

La escritora Rachel Raczka, hizo esta pregunta mientras reflexionaba sobre un vídeo viral reciente de SoulPancake que muestra cómo los gatitos pueden reducir el estrés. Raczka confesó que el jurado científico aún está deliberando sobre la cuestión, pero los fanáticos de ambas especies pueden reclamar apoyo para cada una de ellas, lo que ilustra otra línea de evidencia que el vínculo entre humanos y animales es fuerte.

Los gatos han ayudado a reducir la depresión y la ira en pacientes con Alzheimer y aumentan la capacidad de atención de los niños con TDAH y pacientes con autismo, dice Purina. Mientras tanto, la escritora de WebMD Kathleen Doheny dice que tener un perro puede reducir su frecuencia cardíaca, presión arterial y estrés al mismo tiempo que le ayuda a dormir y hacer ejercicio.

Los efectos que causan los animales bebes

La periodista de la BBC Bethan Bell revisó las opiniones de científicos y antropólogos que han intentado explicar por qué los seres humanos instintivamente encuentran lindos a los animales bebés.

El etólogo pionero Konrad Lorenz observó que los bebés y los animales humanos comparten ciertas características faciales, como ojos grandes, nariz chata, frente abultada y mentón en retirada.

El antropólogo Andrew Marlow estudió cómo el bipedismo humano impone limitaciones en el tamaño de la cabeza de un bebé en relación con la pelvis de la madre, lo que hace que asociemos naturalmente una cara de animal con características similares con la vulnerabilidad característica de los bebés humanos.

Pero el vínculo entre los humanos y los animales puede ir incluso más alla de lo que sugiere esta explicación. Los biólogos Susan Lingle y Tobias Riede publicaron una investigación en “The American Naturalist” que documenta que las madres de venado responden no solo a los gritos de sus propios bebés sino también a los de los humanos, así como a otros mamíferos. El neurocientífico Jaak Panksepp sugiere que las emociones asociadas con ciertos patrones acústicos pueden ser comunes a ciertos animales y humanos.