Sentirnos tristes en Navidad en realidad no es algo extraño, algunas personas son más propensas a la melancolía que otras, pero todo el mundo ha sentido un poco de tristeza en la época decembrina, así sea por unas horas. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué nos hace sentir tristes en fechas de goce y alegría? Pues, la explicación es algo extensa.

Para muchas personas la Navidad la época más hermosa, es sinónimo de compartir, reuniones familiares, comida y bebida abundante, regalos, vacaciones... pero para otros es indicador de soledad, reencuentros no deseados, aparentar lo que no se es y gastos excesivos ¿Qué tienen en común estos dos extremos?

Para ambos está acabando un ciclo, se da por terminado un año que estuvo cargado de un sinfín de experiencias y el porvenir es algo incierto.

La tristeza en Navidad y la incertidumbre del año nuevo

Psicológicamente hablando, el 24 y el 31 de diciembre son fechas que disparan nuestros recuerdos y anhelos, es inevitable pensar en lo que ocurrió el año que acaba, en lo que salió bien, lo que no salió tan bien, lo que ganamos y lo que perdimos; es una rumiación sobre el pasado que alimenta nuestra angustia por el futuro cercano.

Algunas personas consideran esa incertidumbre como algo emocionante, un impulso a seguir adelante, pero otras lo ven como un elemento depresor y les imposibilita disfrutar de estas fechas.

Aunado a esto, Diciembre suele presentar temperaturas bajas en todo el mundo y eso nutre la sensación de soledad y vacío. Como se dijo al principio, es normal que todos estos pensamientos y muchos más ronden nuestra psique en Navidad, problemático es que esa tristeza se prolongue más allá de Diciembre o que nos impida por completo relacionarnos con otros, ya que podría desencadenar en depresión y no debe tomarse a la ligera

¿Qué hago si me siento triste en Navidad?

Aislarse es la solución que muchos mal llamados 'Grinchs' adoptan para este sentimiento, y en realidad es una de las peores cosas que se pueden hacer.

Si te sientes triste en Navidad se recomienda hacer una lista de las cosas buenas que ocurrieron durante el año que termina, por más pequeñas que sean, siempre es mentalmente beneficioso hacer un recuento de todo aquello que salió bien y agradecer por ellas.

También puedes hacer una lista de metas a alcanzar el año que viene, pero plantea opciones realistas, que sepas que puedes cumplirlas al 100% con las herramientas que tienes a la mano en este momento.

Si te entristecen estas fechas por razones económicas, recuerda que el mejor regalo nunca se compra, muchas veces una carta, dedicar una canción, recoger una florecilla de una calle o cocinarle a un ser querido puede tener más significado que unos zapatos o ropa de marca.

Aunque no quieras decorar, coloca aunque sea una vela aromática o unas luces navideñas en tu hogar, que el fin de año no pase desapercibido, busca estimular tu ambiente para incentivar el logro de objetivos y marcar los finales que debes alcanzar. Y finalmente, contacta con tus amigos y familiares, si se te hace muy difícil, por el motivo que sea, puedes aprovechar las redes sociales para comunicarte y desahogarte.