Un medicamento que se usa desde hace tiempo por millones de diabéticos en todo el mundo podría "frenar" no sólo exceso de azúcar en la sangre sino también la vejez. Es una historia curiosa la de la metformina que tanto tiempo hace que se emplea para mantener los niveles de azúcar estables y que desde hace  algunos años muestra indicios de que más allá del objetivo oficial para la que se utiliza tiene un efecto anti-envejecimiento.

Y después de la presión de algunos grupos de investigadores interesados ​​en el tema, la FDA, de la cual ya os he hablado alguna vez porque es el grupo que realiza controles de medicamentos y alimentos en EE.UU. y que se encarga de aceptar o eliminar moléculas y productos del mercado, ya ha autorizado los ensayos de pacientes que a partir del próximo año tendrán que verificar si está acción de la molécula funciona como parece.

Es la primera vez que un medicamento no está probado contra una enfermedad específica sino contra el envejecimiento. La metformina es una molécula que ya lleva en el mercado unos sesenta años,y se trata de la versión sintética de un extracto derivado de Galega officinalis que desde la Edad Media se conoce por sus propiedades curativas de la diabetes.

Con el tiempo, sin embargo, se han podido observar algunos de sus "efectos secundarios". En particular, los pacientes que toman metformina, a pesar de ser diabéticos y por lo tanto tener un mayor riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular u obesidad, parecen tener una menor mortalidad comparado con diabéticos que no toman otros medicamentos.

Según algunos estudios, la metformina podría disminuir el riesgo de cáncer e incluso el deterioro cognitivo. Lo estudios realizados en animales parecen confirmar que pueden "hacer algo" contra la vejez. Por ejemplo, en los gusanos C. elegans es capaz de retardar el envejecimiento, y de acuerdo con otro estudio realizado por la universidad Katholieke Universiteit Leuven de Bélgica, los ratones tratados con metformina vivían un 4% más que los no tratados con metformina.

Ahora falta por ver si estos resultados se pueden ampliar y generalizar. Su efecto no está del todo claro aunque se cree que se debe a su efecto por inhibir el consumo de oxígeno en las mitocondrias, lo que ralentiza el metabolismo.

El estudio que pondrá a prueba sus efectos se llama TAME (Targeting Ageing with Metformin)y tendrá lugar a partir del 2016. En él participarán 3.000 voluntarios que serán reclutados entre las personas mayores con alto riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares y Alzheimer. La mitad de ellos tomará metformina y la otra mitad no. Durante los próximos seis años estarán bajo observación y se evaluará todo tipo de enfermedades relacionados con el envejecimiento.  

Pero de momento debemos ser pacientes y esperar a los resultados obtenidos. En muchas ocasiones aparecen efectos secundarios cuando se realizan los estudios y hay que descartarlos antes de poder confirmar que la metformina ayude a frenar el envejecimiento.