El acto de destrucción mediante una apisonadora de 1.377 armas capturadas a distintos grupos terroristas, principalmente ETA y GRAPO, realizado en la Academia de Guardias Jóvenes de Valdemoro de la Guardia Civil, pretendía testimoniar la victoria del estado de derecho sobre la banda criminal ETA con la destrucción pública de su armamento bajo la mirada del Presidente del Gobierno y los ministros de Defensa e Interior.
Pero el clima de enfrentamiento entre Gobierno y oposición por la política del ejecutivo de Pedro Sánchez respecto a los presos por terrorismo, con acercamientos frecuentes y el apoyo parlamentario que el actual gobierno recibe de EH-Bildu, se ha dejado sentir en el acto en cuestión tildado de "propaganda" por la oposición de PP, C's y VOX y de "hipócrita" por las principales organizaciones de víctimas del terrorismo que se han desmarcado de él.
La incautación de armas, clave para desarticular una banda terrorista
Al realizarse una operación antiterrorista uno de los ejemplos más claros del éxito de cada acción, aparte la detención de terroristas, es la incautación de las armas y explosivos de la célula terrorista desmantelada y su exposición pública. Tras su captura esas armas son almacenadas a disposición de los juzgados correspondientes para realización de las pruebas periciales que se consideren.
Concluido los procesos judiciales esas armas son destruidas por orden de la Audiencia Nacional. De este modo, una partida de 1.377 armas de fuego (697 pistolas, 172 revólveres, 274 subfusiles y fusiles de asalto) fue ordenada ser destruida en 2016.
Las armas habían sido capturadas en operaciones policiales contra el GRAPO y ETA desde inicios de la Transición hasta la actualidad, de hecho el 90% de ellas fueron capturadas a algunas de las más letales células etarras.
Todos desarticulados en operaciones sucesivas de Policía Nacional y Guardia Civil desde 1978 hasta 2006 además de partidas capturadas en Francia en operaciones conjuntas con las autoridades francesas.
Desde que en 2016 se diera la luz verde a la destrucción de ese armamento esta se retrasó a la espera de una ocasión idónea, que parecía haber llegado el 4 de marzo de 2021 con la banda ETA ya desaparecida.
Destruir las armas terroristas mediante apisonadora
La Academia de Guardias Jóvenes de Valdemoro era un emplazamiento lógico para una ceremonia de este tipo por ello y cubierta con una lona tres filas de las armas incautadas se mostraban en el patio de armas de la academia.
La lona fue izada por una formación de miembros de Guardia Civil, Policía Nacional, Ertzaintza, Mossos de Esquadra, Policía Foral de Navarra, Policías Municipales, Fuerzas Armadas e Instituciones Penitenciarías en representación de las instituciones que han combatido de frente al terrorismo.
Mostradas las armas, una apisonadora pasó sobre una de las filas de las armas presentadas aplastándolas con sus rodillos en símbolo de la derrota del terrorismo. La totalidad de los restos de las armas serán enviadas a posteriori a una fundición para su reciclaje.
Discrepancias entre Gobierno y la AVT en el acto de la destrucción de las armas
Tras apisonar las armas los discursos ya dejaban entrever las discrepancias que rodeaban el acto.
De este modo, el director de la Fundación del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez Iribarren, en su alocución ya mostraba el dolor de las víctimas al recordar el daño sufrido y que este no se compensaba con la mera destrucción del armamento capturado, sino con un cumplimiento efectivo de las condenas y el homenaje a las víctimas sin aceptar "ninguna otra clase de relatos". También en reconocer a las FCSE: "Se han dejado la vida en derrotar al terrorismo".
Pedro Sánchez basó su discurso en la idea de la derrota de la banda criminal ETA: "Aquel que entrega las armas reconoce su derrota y la derrota de la misma por la democracia y el estado de derecho; frente a otras bandas terroristas que se extinguieron por desistimiento, ETA fue derrotada y su derrota certificada".
El único reproche que Sánchez pronunció en su alocución fue el que todavía quedan 300 asesinatos por esclarecer y que no puede cederse en el relato sobre el terror que debe ser el de las víctimas y del estado de derecho, "sin embargo no se puede volver atrás en el tiempo para reconstruir el daño causado".
El debate tras la ceremonia
Concluido el acto, las asociaciones de víctimas presentes dirigieron sus reproches al presidente. Así Maite Araluce y Miguel Folguera de la AVT exigieron a Pedro Sánchez el esclarecimiento de los crímenes por resolver. "Con estas armas se mató a nuestros familiares" y el cese del acercamiento de presos, "que se repite cada viernes". Asimismo recalcaron que su presencia era en homenaje a las FCSE y no por ninguna otra razón.
Fuera del acto y en sede parlamentaria PP y VOX arremetieron contra Sánchez también por los acercamientos de presos etarras al País Vasco, por los apoyos parlamentarios de EH-Bildu y mantenga en el gobierno a Podemos. En definitiva esta ceremonia de destrucción de armas ha sido un acto que aunque destaca la derrota policial del terrorismo solo ha puesto de manifiesto las discrepancias profundas que existen en la sociedad española, y más en su clase política.