Aunque cada enfrentamiento y combate merecen su estudio y análisis propio, podemos fijarnos en una acción como modelo del tipo de enfrentamiento que las tropas españolas encararon en Afganistán, el Combate de Surpulgary el 9 de julio de 2012.

La situación

El chantaje talibán a la población civil en la explotación de una plantación de pistachos cerca del pueblo de Surpulgary, el pistacho es el único cultivo rentable de la zona por el que los talibanes cobraban un impuesto, motiva que una fuerza conjunta afgano-española hiciera un reconocimiento sobre el área para detectar y expulsar a los talibanes, habida cuenta que situada la localidad en plena ruta Opal entre las localidades de Moqur y Darrah e Bum había sido el escenario de numerosos hostigamientos a los convoyes que seguían este camino.

Por ello una fuerza basada en en la 12º Compañía Paracaidista de la BRIPAC con sus apoyos de morteros, observadores de artillería, francotiradores, controladores aéreos avanzados y dos secciones del ejército afgano iniciaron al amanecer del 9 de julio una batida por la zona.

El contacto

Tras abandonar el Puesto Avanzado de Combate, COP, Ricketts y asegurar una base de partida en el área a reconocer y desplegar en ella vehículos armados y morteros empezó el reconocimiento a pie de la zona, 8:30, con una sección afgana en cabeza y dos españolas detrás .Cuando a las 10:20 en la distancia y desde las colinas un pequeño grupo de talibanes empezó a abrir fuego, los bisoños y desmotivados soldados afganos flaquearon desde ese primer momento por lo que sus asesores españoles consistieron que se replegasen a la retaguardia dejando a las secciones españolas siguientes justo al frente en primera linea de combate. 

Así la linea española devolvió el fuego de inmediato entablándose un tiroteo en que la primera baja talibán fue confirmada por el mismo tirador de élite español que lo abatió usando su fusil Barret, la potencia de fuego española con fusilería, ametralladoras y morteros permitió avanzar hacia el enemigo pero al recibirse fuego repentinamente desde un flanco un paracaidista, el cabo Parraga Rubio, resultó herido siendo necesaria su evacuación en helicóptero.

Se maniobró para contrarrestar el nuevo origen de fuego creándose una linea atrincherada desde donde combatir al enemigo en todas sus posiciones, un total de cuatro aisladas entre si.

En batalla

Dos nuevas secciones acudieron a reforzar la linea desde el COP Ricketts lo que incrementó la potencia de fuego propia confirmando en ese momento otros dos talibanes abatidos aunque se recibían informes, mediante comunicaciones interceptadas, que el enemigo recibía también refuerzos. 

El tiroteo entre la linea española y las posiciones talibán continuaba con clara ventaja española gracias a una mayor potencia de fuego y habilidad táctica mientras inteligencia confirmaba, al interceptar las comunicaciones de los insurgentes por teléfono móvil, que las perdidas enemigas aumentaban pero no podían confirmarse a la vista.

A las 14:30 los controladores aéreos avanzados llegaron a primera linea y dirigieron a la aviación, cazas F-15E de EEUU, contra objetivos concretos, el bombardeo confirmó otros dos muertos enemigos y que este se daba a la fuga a la carrera.

Con ello se concluyó la operación.

Balance 

Vistas en el terreno y por inteligencia las bajas enemigas se dictaminan en 10, posiblemente más, por un sólo herido español, el terreno controlado y una insurgencia que no volvió a actuar hasta varias semanas tras el combate.

Un completo éxito recompensado en condecoraciones y que supone un prototipo de los combates que acometió el Ejército Español en Afganistán.