Pues esta labor de alerta se materializa en el servicio de alertas tempranas o scramble (disputa) en inglés.

Básicamente el objetivo consiste en tener en estado de alerta permanente una serie de aviones de combate prestos a despegar a interceptar cualquier intruso que la red de alerta detecte.

El grado de alerta se cuenta en minutos: alerta 5 es la más urgente en ella el caza debe estar en el aire en plazo de 5 minutos, para ello el piloto está a bordo con los sistemas encendidos, alerta 15 es la corriente en tiempos de paz y da a despegar un plazo de 15 minutos mientras que otras de 30 y 60 minutos se emplean como refuerzo de los estados de alarma anteriores.

En 2002 con motivo de la Crisis de Perejil el Ejercito del Aire mantuvo en el cúlmen de la crisis 8 cazas en vuelo permanente protegiendo el sur peninsular, 2 en Canarias, y 2 cazas Harrier sobre el portaaviones Príncipe de Asturias en alta mar, estos elementos en el aire estaban reforzados por el mismo número de efectivos en alerta 5 y un número igual en alerta 15 reservándose el resto de la fuerza en grados de alerta 30 y 60 para preservar el grueso de la fuerza mientras se mantenía una fuerza de reacción en vuelo y alerta más que suficiente.

La alerta cotidiana

Pero este caso fue una emergencia bélica, la última vivida por España en 40 años desde la Crisis del Sahara, la cotidiana es la alerta 15 en que el piloto permanece en espera en barracón de alarma, al sonar esta se dirige a la carrera al avión salta a la cabina y enciende los sensores, ya sea el caza un F-18 o un Eurofighter, el sistema de navegación se conecta en 4 minutos tiempo que el piloto ayudado por sus asistentes se ata al asiento mientras los mecánicos de tierra quitan los protectores plasticos al armamento y partes sensibles del avión, conectado el sistema inercial se encienden los motores primero el izquierdo y con este se da energía al derecho que se pone en marcha con este auxilio.

Ya con todo el caza en funcionamiento este solo espera la luz verde para empezar a rodar por pista, luz verde que se enciende en un semáforo sito en el hangar, el caza carretea por la pista y despega presto a interceptar el contacto desconocido que apareció en las pantallas de radar y que ha forzado esta alarma.

Aunque el tiempo máximo de respuesta permitido es de 15 minutos los entrenamientos constantes han dado en la practica que el caza este en el aire en solo 7 minutos de cronometro como media en este tipo de alertas.

Después sigue un vuelo de interceptación hasta encontrarse con la aeronave no identificada este puede ser un avión comercial desviado de su ruta, un avión de recreo que no sigue un plan de vuelo, un avión cargado de droga que trata de colarse o incluso un avión al que hay que realizar una escolta de honores. El gran problema seria si se encontrase un avión de combate enemigo lo que seria una acción de guerra o un avión civil secuestrado presto a revivir un nuevo 11-S, entonces para autorizar un derribo hace falta una autorización máxima.

Este tipo de incidentes reciben el nombre de misiones "renegado".

La organización

En España la vigilancia recae en los centros CRUCEMAC sito en Torrejón, GRUNOMAC acantonado en la Base Aérea de Zaragoza y GRUALERCAN en Canarias, todos cordinados por el CAOC, Centro de Operaciones Aéreas Combinadas de la OTAN sumergido en un búnker de la base de Torrejón.

Desde hay se ordena a las bases de cazas de Torrejón, Zaragoza, Los Llanos, Morón y Gando el despegue a los cazas F-18 y Eurofighter el despegue en caso se de la alerta en scramble para interceptar cualquier avión no identificado. Esta misión continua sin interrumpirse día tras día.