Aunque la Ministra de Exteriores, Arancha González Laya, ha declarado en una entrevista en la cadena SER que el Gobierno español debe entenderse "con cualquiera que gane las elecciones" en E.U.A, lo reñido de la carrera electoral estadounidense mantiene en vilo a la Moncloa, por no saber a que perfil de relación atenerse de confirmarse la victoria de Donald Trump, este se ha declarado ganador públicamente y pedido que cese el recuento de votos en una postura más propia de un dictador del tercer mundo, que de un presidente de E.U.A. O por el contrario se van cumpliendo los pronósticos de las encuestas y es Joe Biden el ganador final, como España y de hecho toda la Unión Europea parece confesar en privado, aunque no lo reconozcan en público.

Complicaciones en el sistema electoral de E.U.A

Lo cierto es que la elección está resultando ser muy reñida: las dificultades provocadas por la pandemia de coronavirus, los éxitos de Trump en política económica interna, lo volátil del voto hispano, la irrupción masiva de voto por correo con más de 100 millones de sufragios extra a contabilizar, recursos a los tribunales, denuncias de supuestos fraudes y lo complicado del sistema electoral estadounidense en si, hace que a más de 24 horas del cierre de los colegios electorales, todavía no se haya proclamado un vencedor.

Frías relaciones internacionales con Trump

Lo cierto es que para el ciudadano del mundo supuso una enorme conmoción cuando hace cuatro años Trump se impuso a Hillary Clinton en las elecciones presidenciales de 2016, la radicalidad y demagogia de Donald Trump se imponía a la experiencia de Gobierno de Clinton y prometía una forma diferente de hacer política en el plano internacional.

Así, la multilateralidad de las anteriores administraciones americanas, saltaba por los aires y la cooperación americana con sus antiguos aliados se deshacía, EEUU emprendía una política exterior y económica basada en la defensa de sus intereses alejada de toda corrección política y de abierta confrontación con sus tradicionales socios.

De este modo, acuerdos suscritos por EUA previamente como el de lucha contra el cambio climático y las campañas militares contra el terrorismo jihadista saltaban en pedazos y eran derogados por la nueva administración estadounidense, con unas formas y maneras un tanto arrogantes del nuevo presidente Trump.

La E.U.A de Trump tensa la escena mundial

Otros temas como la construcción, no materializada, de un muro en la frontera de México para frenar el paso de inmigrantes, la imposición de aranceles a la Unión Europea, que el mismo Trump declarara a la OTAN una "organización obsoleta" y a la UE "un mal invento", que rivalizaba con los intereses de los USA a la que había que combatir.

Y junto la retirada de las tropas de E.U.A de los frentes en activo en la guerra contra el terrorismo dejando los conflictos abiertos y los roces con China y Rusia y otros países hostiles a su política, hacían entender que la política exterior de E.U.A no se basaba en el "América first" (América primero) que proclamó el mismo Donald Trump, sino en una especie de "América only" (América solo) que reducía a pedazos el multilateralismo existente, desde el fin de la guerra fría por una suerte de unilateralismo americano agresivo y un tanto arrogante.

Parecía que E.U.A dando la vuelta atrás al reloj de la historia volvía al aislacionismo de los siglos XIX y principios del XX, las relaciones entre los EEUU y sus tradicionales aliados se trastocaron gravemente aunque no se rompieran.

En el Foro de Munich, la misma canciller Angela Merkel, denunciaba la pasada primavera, que el sistema demócrata liberal creado tras la Segunda Guerra Mundial podría quebrarse por esa vuelta al unilateralismo y aislacionismo americano impuesto por Trump.

Por ello es que pese a la neutralidad política obligada por parte de Europa, el deseo oculto es que Joe Biden se imponga en la contienda electoral y esperar un cambio en la política exterior americana, que recuerde a las anteriores administraciones.

Grises relaciones E.U.A-España con la administración Trump

Lo cierto es que para la política exterior americana reciente, la relación con España ha pasado totalmente desapercibida, si bien se han cumplido los tratados suscritos, ya de defensa o comerciales y no ha habido roces de consideración. La relación de España con EUA ha pasado de ser un aliado preferente como se testimonió en las relaciones con las administraciones Bush, Clinton, Bush jr (pese a las tensiones con Zapatero) y Obama a un sujeto intrascendente para la administración Trump.

De hecho, la misma intrascendencia con que los americanos han tratado a toda la UE desde que Trump ostenta el poder, por ello pese a las palabras conciliadoras de la ministra Laya como: "Europa no vota en estas elecciones", "Sea quien sea el ganador nuestra responsabilidad es trabajar con él", "Esperamos a tener el resultado para saber con quién vamos a trabajar".

Pero lo cierto es que el Gobierno español y su presidente Sánchez esperan con ansia una victoria de Biden que permita una reconducción de las relaciones, la misma ministra Laya lo dejo caer en un especie de renuncio cuando declaró que esperan saber el ganador para: "resetear las relaciones trasatlánticas". Evidentemente poco se podrá resetear con el actual inquilino de la Casa Blanca en otro mandato.