Estados Unidos ha vivido una noche electoral fuera de lo común. Donald Trump, el actual presidente, encabezaba votos en Florida, Texas, Arizona, Carolina del Norte, Michigan, Ohio y Pensilvania, lo justo para vencer; no obstante, aún faltaba conocer el recuento en varios condados, por lo que los resultados no eran definitivos.
Esto no sucedía desde las elecciones de 2000 y Donald Trump se presentó de madrugada con su familia en la Casa Blanca y exigió que se parara el recuento, pues contando los estados en los que ha vencido, ya era claro ganador.
El candidato republicano ha asegurado que llevará el recuento a la Corte Suprema y ha acusado a su oponente demócrata, Joe Biden, de amañar las elecciones.
Donald Trump está obteniendo mejores resultados que en las encuestas
Las encuestas llevaban meses vaticinando que Donald Trump corría el riesgo de perder hasta en Texas, claro condado republicano; sin embargo, los resultados al final han sido más favorables para el candidato de lo que se esperaba; Trump ha vuelto a ganar en los estados que siempre votan a la república y además se está disputando otros que tradicionalmente son demócratas como Michigan o Pensilvania.
La cadena Fox News, la cual ve Donald Trump, auguraba que el estado de Arizona se lo quedaría Biden, siendo la primera vez en la historia que un demócrata ganaría en ese condado.
El actual presidente llegó a temer que las predicciones de la cadena se cumplieran; por un momento, vio que perdía Arizona, aunque siempre mantuvo las esperanzas de ganarlo. Cosa que ha sucedido y ha causado otro presagio equivocado.
Donald Trump y su familia estuvieron poco tiempo en la Casa Blanca
Tras conocer los resultados en los estados de tradición republicana y saberse vencedor en ellos, Donald Trump, al ver que el recuento continuaba en otros condados y que muchos habían paralizado el recuento hasta la mañana del miércoles 4 de noviembre, acudió con su familia a la Casa Blanca a solicitar que se dejaran de contar votos, pues solo con los estados en los que él había ganado ya podía proclamarse, de nuevo, presidente de los Estados Unidos.
Eran más de las dos de la madrugada cuando su familia y él se presentaron en la casa presidencial y debido a la hora y a la incertidumbre, la presencia de los Trump allí fue breve. A pesar de acompañarle toda su familia, la única que se quedó con él en el estrado fue su mujer, Melania Trump, quien no habló. Quien sí lo hizo después fue Mike Pence, el vicepresidente, que resumió el lema de la campaña de Trump adaptándolo a los tiempos actuales: "Haremos América grande de nuevo, de nuevo".
Donald Trump lamentó no poder celebrar la victoria en la solemne Sala Este de la Casa Blanca
Donald Trump pensó que saldría de la Casa Blanca como el presidente de América, otra vez, pero la realidad fue muy distinta: el candidato republicano tendrá que esperar a que finalice el recuento de votos en todos los condados, algo que hasta el viernes no sucederá. Hasta entonces, América entera mantendrá la incertidumbre.