Carmen Rodríguez-Medel, jueza del llamado ‘caso 8M’ que investigaba si el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Francisco Manuel Franco, había cometido presuntamente prevaricación administrativa al permitir la manifestación feminista en Madrid, ha decidido el sobreseimiento provisional de dicha causa pues, después de las investigaciones realizadas, no se han hallado suficientes pruebas para acusar de un acto delictivo al delegado del Gobierno en Madrid. La Fiscalía Provincial de Madrid y la Abogacía del Estado, defensores legales, han pedido que la causa sea archivada definitivamente, pero la juez ha denegado la petición.

La justicia debe actuar evitando los juicios populares

¿Aplausos o caceroladas? ¿En qué manifestaciones (de un signo u otro) se guardan las distancias de seguridad? ¿Apoyo incondicional de la oposición al Gobierno o rechazo? ¿Vox quiere un golpe de Estado? ¿El Ejecutivo tiene la culpa de los impagos de los ERTE y las residencias o las Comunidades Autónomas? Algunos ejemplos de cómo se pretende polarizar la opinión pública para evitar que se analice lo esencial: quién tiene la responsabilidad sobre lo que ha pasado en esta crisis sanitaria.

Hay que evitar los juicios populares y dejar que la Justicia, con las decisiones que tome, sea respetada (tanto la ley como sus representantes y defensores), pero hay momentos en los que un pueblo tiene que decir basta.

¿Cómo es posible que un delegado del Gobierno no supiera todo esto cuando los datos eran públicos, en cualquier plataforma de información posible y estaban a disposición de la ciudadanía?

El 'nadie podía saber nada' no es compatible con los hechos probados

Cierto es que la gran mayoría frivolizó con el tema en un primer momento, algo entendible pues aquellos que nos tenían que proteger decían que “era una gripe más”.

La gripe común sigue matando personas – cada año hay muertos por ella aquí en España – pero no es entendible como “expertos científicos”, ante una gripe desconocida, actuasen haciéndola de menos y no tomando precauciones.

Si un ciudadano tiene más datos que un Gobierno es que algo se está haciendo mal

A la luz de los hechos que transcurrieron antes y después del 8M, ¿realmente nadie sabía nada en el Gobierno? Es bastante difícil de creer y un insulto a la inteligencia de los españoles que intenten pretender que lo creamos, aunque siempre se ha visto por parte de nuestros gobernantes, de cualquier tendencia política, poco o nulo respeto por nosotros.

Si un ciudadano tiene cierta información (como la de la peligrosidad de la pandemia) el Gobierno la tenía, esto no era ni es secreto de Estado. Y si no la tenía, el Gobierno se ha mostrado negligente.

Cuando gobernantes u altos cargos políticos se preguntan “doloridos” por qué la gente no confía en las instituciones del Estado es una pregunta retórica. Saben perfectamente a qué es debido y poco les importan las razones. Se saben protegidos por el sistema y por los votantes. Como diría el Sargento Highway (interpretado por Clint Eastwood en la película El Sargento de Hierro) “Una vez más ha funcionado la democracia. Entonces correremos”.

Los muertos irán a las tumbas y el silencio sobre quién tenía una u otra responsabilidad nos sumirá otra vez en la normalidad, la nueva

Ni con los avisos de la OMS, la UE, ni el ejemplo de Italia, ni todas las mentiras pilladas al Gobierno respecto a este asunto, ni el vídeo de Irene Montero reconociendo que la convocatoria del 8M no había tenido una gran acogida por “culpa” del Coronavirus ¿Nada es una prueba de algo? ¿De lo que sea? Queremos saber la verdad y el Gobierno es quien tiene el deber de darnosla, sin olvidar de que desde el inicio del Estado de Alarma se hizo con el mando único en cuestión sanitaria.