Con goles de Lucas Pratto, Juan Quintero y de Gonzalo Martínez, River le gano a Boca 3 a 1 y se alzó con la Copa Libertadores de América en Madrid. Esto último parece una paradoja, pero es verdad. También lo es, que la calle que pase por el campo de juego en este superclásico se llame General Perón, un ex presidente argentino.
El estadio Santiago Bernabéu del Real Madrid parece imponente como podrán apreciar en las fotos que tomé. Es un ámbito espectacular para jugar un buen Fútbol. Y River así lo hizo.
El desenvolvimiento del partido
En el primer tiempo, en el minuto 43, Darío Benedetto, tras un pase de Nández, dejó en el camino a Maidana y definió bárbaro ante Armani.
Era el 1 a 0 para Boca Juniors.
En el segundo tiempo, a los 67 minutos, tras una fantástica pared entre Palacios, Fernández y Pratto, resuelve este último e iguala el marcador.
Los noventa minutos terminaron 1 a 1. Luego, se va a tiempo suplementario y a los 108 minutos, Juan Quintero con un remate frontal da vuelta el partido para River Plate.
Finalmente, a los 121 minutos al “Pity” Martínez le quedó un rebote y sentencia el partido 3 a 1.
Con este resultado, River alcanza su cuarta Copa Libertadores de América y suma 17 títulos internacionales en toda su historia.
Ahora se viene del 12 al 22 de diciembre el Mundial de Clubes, en donde el flamante Campeón de América se enfrentará al resto de los campeones de cada continente.
La historia está por escribirse todavía y River tiene con qué soñar.
La sensación de vergüenza ajena
River ya salió campeón, pero este superclásico se recordará como dijo días antes de jugarlo su presidente D´onofrio, “como una vergüenza, como la tremenda vergüenza del fútbol argentino”.
Esperemos que la violencia y la inseguridad en la Argentina se superen y no se hagan repetitivas como el resto de sus problemas que llevan décadas, como lo han superado otros países con sus barras bravas (tal es el caso de Inglaterra con los hooligans).
Es que esto no se supera o arregla con más “mano dura”. Se soluciona con hacer cumplir las leyes nada más. Y el que comete un delito vaya preso (sin puerta giratoria y sin jueces garantistas), cumpliendo la pena en prisión que corresponde, como en cualquier lugar del mundo.
Un pequeño cambio puede ser el comienzo de algo grande y trascendente, pero por supuesto, la cuestión es compleja y lo que es sólo un deporte y un juego siga siéndolo y vuelva a ser una atracción familiar, como el futbol se merece.