La millonaria industria publicitaria por Internet, no ha dado con la clave para que el contenido de las publicidades sea efectivo y no se convierta en una molestia visual y temporal al momento de visitar un portal, pues , la tanto en lo creativo como en lo funcional, la estrategia parecen concentrada en información invasiva que lejos de llegar al consumidor final, y lograr vender bienes o servicio produce frustración e irritación por parte de los usuarios.

Medir la efectividad de los contenidos

Como muestra de la baja efectividad de las promociones, basta revisar alguno de los miles de mensajes de captación de empleados internacionales que llegan diariamente hasta nuestras computadoras por parte de empresas dedicadas a abrir y visualizar sitios web o spot publicitario, pero la remuneración no va orientada hacia el Contenido de estos sitios, no, la recompensa se basa en la cantidad de páginas y los segundos que las mantienes abiertas, sin importar si ese empleado hable o no el idioma original del anunciante.

El debate se puede centrar no en los millones de dólares de ganancias de estas empresas, pues también es cierto que generan miles de empleos en todo el mundo, si no en qué hacer para que el mensaje llegue verdaderamente al público que le interesa a esa empresa que dentro de su presupuesto incluye una cantidad de dinero y lo que recibe a cambio en un informe estadístico de visitas a su página, pero ¿Aumentó sus ventas efectivamente? ¿Se evalúa el impacto simbólico del mensaje? y pero aun ¿Beneficia a su empresa este tipo de publicidad invasiva?

Dedos a las teclas

La solución a está al alcance de la mano, específicamente en los dedos sobre e teclado. Se debe desarrollar campañas publicitarias con contenidos de calidad tal como lo hace la televisión utilizando las ventajas comparativas de la red y explotando el fenómeno de las redes sociales, campo explotado por ahora en el ámbito de la propaganda.

Internet desde lo comercial va mucho más allá y por eso vale la pena la inversión, no hay que formar a los creativos, pues ya existen y están preparados para asumir el reto, simplemente ofrecerles remuneraciones proporcionales a las ganancias ofrecidas por los medios tradicionales y sacar del subjetivo colectivo de los millones de usuario molestos la fama de mala calidad y de invasivo que rodea la estrategia de los actuales mensajes que sólo evidencia carencia de creatividad para adaptarse y convencer en este poderoso medio comunicacional y nadie puede negar esta realidad.

En resumidas cuentas, si el premio es tentador, es seguro que en muy poco tiempo este mercado explotará y desplazará definitivamente a los medios tradicionales de comunicación aun invictos y cada vez más fuertes en la competencia por los patrocinadores ¿Quién asume el reto? La web es el límite.