Como individuo, soy autónomo y libre. Los medios de comunicación no tienen poder sobre mí, el gusto es mío gracias al poder de elección que tengo y gracias a la variedad que me ofrecen los medios de comunicación para yo elegir. Yo escojo lo que deseo ver. Más que ser los medios los que me dicen lo que tengo qué ver, soy yo, de forma activa quien decide, atendiendo a necesidades y gratificaciones que me proporcionen.

Usos y Gratificaciones, teoría

El enfoque que utiliza la teoría los Usos y las Gratificaciones no responde a la cuestión sobre qué es lo que los medios hacen con la audiencia, sino, qué es lo que la audiencia hace con los medios.

Dicha teoría fue desarrollada bajo la creencia de que los miembros de la audiencia tienen ciertas necesidades y que son capaces de elegir, conscientemente, el medio y el contenido que satisfacerá dichas necesidades.

Generalmente observo la Televisión por entretenimiento y escapismo. Yo consumo televisión para entretenerme con una serie de televisión o un reality, me informo de lo que acontece en mi territorio o fuera de él viendo el telenoticias de una determinada cadena porque me inspiran más confianza como los de Antena3. Veo la tele porque no tengo otra cosa que hacer o la veo porque trabajo en el medio y quiero saber que se cuece en las distintas cadenas. Hoy puede estar una hora sentado en el sofá, pero un domingo para evadirme puedo estar toda la tarde.

Veo aquello que me haga sentir bien, que me guste o con lo que me sienta identificado o no, pero ahí está mi elección. Gran Hermano no me gusta pero lo veo porque sé que mañana en el trabajo algo comentarán ya que trabajo en un programa similar. Me gusta interactuar con los medios; opino en una tertulia radiofónica, mando mensajes, todo porque me siento en la necesidad de expresar mi Opinión o porque escucho cosas que me indignan.

No somos individuos aislados ante lo que los medios nos cuentan, muchos podemos optar una postura de denuncia o de malestar generalizado ante una noticia o situación, un ejemplo, el caso del asesinato de Marta del Castillo o la llegada masiva de inmigrantes a Canarias. Son temas que crean opinión pública y que el grado de implicación es mayor y aumenta porque deseo ver como finaliza dicha situación.

Tú y yo somos diferentes

Todos no somos iguales; no vemos lo mismo. Cada cuál tiene sus preferencias. Mi madre no ve los mismos programas que yo porque se educó y se crió en otro tiempo, en un pasado donde el trabajo la ocupaba todo el día. Ella sigue viendo sus películas del oeste, films que yo no vería. A unos les interesa más el deporte y a otros los magacines o el cotilleo. Todo depende de nuestra realidad, del entorno, de nuestras ocupaciones. Si me ofrecen en un programa una buena dosis de humor como es el caso de la serie “Con el culo al aire” y yo soy una persona positiva y alegre pues me pondré a verlo. El grado de implicación dependerá de la fuerza con la que el medio me ofrece un contenido y el interés que yo tenga sobre ese contenido.

A veces me reúno con amigos en casa para ver un determinado programa por ejemplo “Canarios por el Mundo” que se grabó hace tiempo y se está empezando a emitir.

Cuando la televisión no me ofrece el entretenimiento que busco intento poner la radio; una buena compañía por ejemplo cuando estoy limpiando la casa el fin de semana o en el coche de camino al trabajo. Los lunes, martes y miércoles, la tele es un horror en todas las cadenas lo que emiten no me agrada, me produce rechazo. En esos días voy al gimnasio, alquilo una película, voy al cine, ceno fuera o me reúno con mis amigos.

Yo selecciono el medio según mis ganas de entretenerme, según mi estado de ánimo, según con quien esté en ese momento, por razones de trabajo,… Elijo el medio según para qué.

La tele para entretenerme con un serie, la radio para escuchar música o los magacines por las mañanas cuando voy al trabajo, la prensa para enterarme de todo lo político que sucede en el día y por razones de trabajo. “Depende, todo depende, …”