La cultura en la sociedad es tan natural y tan tradicional que su influencia en el comportamiento es palpable. La cultura es dinámica y progresiva, y continuamente se transforma para adecuarse a las necesidades de la sociedad.

Valores, ideas, actitudes, normas… que desde niño vamos aprendiendo a través de nuestras familias, amigos, televisión, publicidad… todo ello para comunicarnos, expresarnos y mantener un estilo de vida y así interactuar con los demás.

Uno de los factores del entorno que influyen sobre nuestro comportamiento de compra depende de esa cultura y a su vez de esas subculturas con comportamientos y estilos de vidas específicos.

Importancia de los medios de comunicación

Ya lo decía más arriba, los elementos de la cultura se pueden transmitir por: la familia, la religión, la escuela. Y hoy en día los medios de comunicación juega un rol mayor en la transmisión de esa cultura. Afectando a nuestro comportamiento y estilos de vidas.

Otro aspecto que influye en el consumidor, es la clase social. Es habitual, normal, racional… que personas con los mismos valores, educación, rentas, ocupación… compartan los mismos deseos y tengan objetivos comunes. Un universitario que estudie medicina no será igual que uno que estudie magisterio.

Estilos de vida

Los seres humanos, aunque tengamos distintos estilos de vida, nos hayamos criado en entornos diferentes y con una educación, valores, creencias diferentes, siempre estaremos influenciados por aquellos que siempre nos rodean.

Si mis amigos son socios de un club náutico porque van jugar a pádel, es posible que yo también lo haga; si no practico ese deporte puedo jugar al ping-pong o voy al gimnasio. Si por el contrario, yo me he criado con cinco hermanas y sin padres, la situación cambia, ya que las prioridades para sobrevivir y llevar un estilo de vida, no serán igual que aquellos que si han tenido la oportunidad de contar con el apoyo emocional.

Mis estudios serán diferentes, mis prioridades serán otras, mis oportunidades de trabaja distintas, mi formación, valores, normas… y mis aspiraciones, incluso.

La familia ayuda y te impulsa a tomar decisiones. Todo depende de como sea el hogar. No es lo mismo estar soltero que casado y con dos hijos. El gasto que puede hacer una pareja sin hijos no sera igual que aquella que tenga dos.

Se prioriza a la hora del consumo. ¡Es normal! Estoy casado con mi mujer, con dos niños; mi prioridad será pagar y adquirir aquello para sobrevivir: pagar agua, luz, comida, colegio de los niños… y si sobran algunas ‘perritas’ nos permitimos el lujo de salir a cenar.

Vivimos en una sociedad consumista y bastante influenciadora. Lo podemos ver en los adolescentes y en los jóvenes de hoy, que se dejan llevar por la grandes figuras del deporte, de la moda.