España es el país de la picaresca, sigue siéndolo cinco siglos después de su surgimiento como género literario. Al pensar en pícaros tendemos a imaginarnos al pobre Lazarillo, muerto de hambre, pero hoy en día, hay también pícaros de gran escala y da igual si nos movemos en el ámbito de la política, la construcción o la cultura. Porque sí, en ocasiones, la cultura mueve también mucho dinero.

La mala gestión de la Fundación Lorca

Empeñados aún hoy en el esfuerzo de encontrar los restos de Federico García Lorca, el periódico El Mundo en una de sus crónicas nos habla del ‘agujero’ de la fundación que se supone es la encargada de preservar su legado.

Entre ocho y nueve millones de euros de agujero en un negocio que se cree que ronda los 27 millones de euros y que procede en su mayor parte de subvenciones europeas y de dinero público.

A finales del mes pasado, el pleno municipal del Ayuntamiento de Granada logró aprobar por mayoría (sólo se opuso el PP) la moción para llevar la gestión del Centro Lorca a Fiscalía. A la vez y con tres años de retraso llegaba al Centro Lorca situado en Granada desde la madrileña Residencia de Estudiantes el legado del poeta.

La historia viene de atrás, en el año 2003, Laura García Lorca, presidenta de la Fundación, postuló para que se aceptara como secretario de la Fundación García Lorca a Juan Tomás Martín, sus méritos eran tener mucha experiencia con las subvenciones europeas.

Como la experiencia está muy valorada, Juan Tomás Martín se puso un sueldo de 12.000 euros al mes que pudo mantener hasta el año 2013, cuando alguien avispado se dio cuenta de que les estaba robando.

El Centro Lorca que debería haberse inaugurado en el año 2010 llevaba ya un retraso de tres años y un sobrecoste de 5 millones de euros.

Juan Tomás Martín fue acusado de falsedad y malversación, se supone incluso que había falsificado la firma de Laura García-Lorca para facturar 2,6 millones de euros con sus empresas. En abril de este año, se declara culpable para evitar la cárcel.

Auditorías controvertidas y supuesto maquillaje de cuentas

La Fundación fue apartada del consorcio García Lorca por el mal manejo de las cuentas y se iniciaron las auditorías, donde salieron a la luz puntos tan controvertidos como el salario de la Presidenta de la Fundación que sumaba 651.428 euros.

Curiosamente en las diversas auditorias fueron fluctuando entre los cinco y el millón de euros los gastos sin justificar, los diferentes grupos políticos hablan de maquillaje de cuentas.

En la revisión de las cuentas se encontró un crédito impagado que asciende a 4 millones de euros con la Caixa, también se sabe de una clausula llamada Anexo II que responde a un acuerdo secreto con la entidad que ha hecho desvanecerse la mayor parte de la deuda sin que transciendan las condiciones….irónicamente se llama al Centro Lorca “La Caixa de Bernarda Alba

La Fundación también debe 3 millones de euros a sus proveedores, entre ellos los arquitectos del edificio. Toda esta falta de transparencia desmerece el inmenso legado cultural que nos dejó Federico García Lorca.