Ser un gran artista no quiere decir ser una gran persona, reconocer las aportaciones a la evolución de la historia del arte no tiene porqué aparejada la admiración al hombre. Como artista, Rodin fue radical en su tiempo, un hombre apasionado que creía en lo que hacía y consiguió revolucionar y modernizar el concepto de la escultura.

Como hombre, su papel se ajustó más a la sociedad de su tiempo, en la que a un hombre se le consentía ser promiscuo, no reconocer a sus hijos y maltratar a las mujeres. Carlos Reyero comienza su ensayo “Rodin o la incontinencia expresiva” con la frase que resume esto “para muchos Rodin es una figura incómoda”.

Las amantes de Rodin

La fama lleva aparejada la atracción, quizás por eso fueron muchas las mujeres que se dejaron seducir por Rodin. Sin embargo, tres son las mujeres con las que estableció relaciones tan apasionadas como destructivas.

Rose Beuret fue su amante fiel durante 50 años, su compañera de vida, con la que tuvo un hijo al que Rodin nunca llegó a dar el apellido. Rose Beuret trabajaba de modista, llevaba la casa y posó en numerosas ocasiones para un Rodin que la maltrataba y le era infiel. Solo dos semanas antes de morir accedió a casarse con ella.

Camille Claudel, tenía solo 18 años cuando entró a trabajar en el taller de un Rodin cuarentón, que se enamoró de ella al instante. Su apasionada relación no le impidió a Rodin ver las cualidades que Camille Claudel tenía como escultora.

Con el tiempo ella le acusaría de haberle robado muchas de sus ideas. Rodin la engañaba diciéndole que iba a dejar a Rose Beuret para luego pasearse ante ella con otras mujeres, incluso la animó a abortar cuando ella se quedó embarazada.

Finalmente Camille se decidió a dejar al artista, pero por el camino destruyó gran parte de su propia obra y se encerró en sí misma.

Su familia la ingresó en un manicomio en el que finalizaría sus días.

En 1904, Rodin se volvió a enamorar locamente, esta vez de una artista galesa de 28 años llamada Gwen John, una relación que duró 10 años y fue igualmente apasionada y tormentosa.