Auguste Rodin (1840-1917) es el escultor más conocido de época moderna, sus obras “El beso” o “El pensador” se han convertido en verdaderos iconos del arte universal. Se han hecho numerosas exposiciones sobre su obra, pero ninguna como la que ahora nos propone el British Museum y que lleva por título “Rodin y el Arte de la Antigua Grecia”.

Rodin y el arte de la Antigua Grecia en el British Museum

Unas ochenta obras de mármol, bronce y yeso del artista francés se ponen en diálogo con el arte griego antiguo en el British Museum del 26 de abril al 29 de julio de 2018.

La exposición está organizada de manera que queda clara la relación entre la escultura de la antigua Grecia y la del maestro francés, colocadas al lado de sus referentes las obras de Rodin pueden verse desde los 360 grados. En el año 1881, Auguste Rodin visitó Londres por primera vez, las obras griegas del British Museum le cautivaron al instante. Tras el paso de los siglos, las esculturas estaban rotas, desgastadas, pero aún así transmitían una sensación poderosa.

Es cierto que el artista ya las conocía por los libros, por yesos e incluso por algunos originales que estaban expuestos en el museo del Louvre, no en vano en esta época las esculturas del Partenón estaban en primera plana de actualidad, pero el efecto de verlas en persona causó una fuerte impresión en el artista.

Volvería más veces a Londres e invariablemente acabaría en el British Museum haciendo bocetos de las esculturas de su admirado Fidias

Rodin creó la escultura moderna

Rodin quebró sus propias esculturas, prescindió de cabezas y de brazos, buscaba que sus esculturas de parecieran a las griegas, que de algún modo recuperaran el espíritu del pasado, consiguió con ello crear un nuevo género en la escultura de su tiempo, torsos que expresaban por sí mismos.

En la exposición de British Museum veremos confrontadas las obras griegas, especialmente las esculturas del Partenón o mármoles de Elgin, con originales de yeso, bronce y mármol de Rodin, muchas cedidas para la presente ocasión por el Museo Rodin de Paris.

Amo las esculturas de la antigua Grecia, ellas han sido y siguen siendo mis maestros” dejó dicho Rodin, que poseía una colección de más de 6000 antigüedades, que en el año 1900 albergó en el museo que construyó para ellas en Meudon.

Rodin se sentía hermanado con Fidias (480-430 a. C), a pesar de los muchos siglos que los separaban, “Ningún artista superará nunca a Fidias... El más grande de los escultores” decía y lo consideraba un maestro y un amigo que guiaba sus pasos.

Las coincidencias entre el maestro de la antigüedad y Rodin eran grandes, ambos fueron los artistas más famosos de su tiempo. Rodin no talló al igual que Fidias todo lo que llevaba su nombre, pese a posar para las fotos a veces con el martillo y el cincel, lo cierto es que Rodin no tallaba directamente el mármol.

Él modelaba sus figuras con arcilla y luego controlaba personalmente su tallado por profesionales en mármol o su fundición en bronce.

Aunque también en su obra se aprecia la influencia de Miguel Ángel en la rotundidad de sus formas y en el non finito.

Rodin artista radical

La fama no le llegó a Rodin hasta que tenía 40 años. De hecho en tres ocasiones fue rechazado en su examen de ingreso en la prestigiosa y oficial Escuela de Bellas Artes de París, teniendo que conformarse con las clases, más enfocadas a la tendencia decorativa, que se impartían en la llamada Petite École.

Rodin trabajó años en el taller del escultor Albert Ernest Carrier-Belleuse. A los cuarenta años recibió su primer gran encargo, del que saldrían la mayoría de sus obras más famosas, se trataba de una puerta que serviría de entrada al nuevo museo de artes decorativas en París.

Finalmente el museo no fue construido, pero las llamadas Puertas del Infierno de Rodin quedaron para la posteridad, y en ellas podemos observar el origen de figuras como El Pensador o El beso.

La fama de gran artista que tiene hoy en día, está determinada por su impulso de renovación, en su momento fue el líder de la nueva corriente que preparó el modernismo, pero por lo mismo sus obras no siempre eran comprendidas y él mismo era tachado de artista radical.