Hombre multifacético, Brassaï se relacionó con literatos y artistas de su época. Junto al escritor, Henry Miller, del que se hizo amigo, compartió paseos y penalidades en el París del primer tercio del s. XX. Ambos pasaron frío y hambre (era lo que tenía muchas veces pertenecer a la vanguardia), pero lucharon por vivir de su Arte y se alentaron mutuamente. Miller apodó a Brassaï como “el ojo de París” pues mantenía que estaba “equipado con ojos nada corrientes.
“La oportunidad está siempre ahí” decía Brassaï “todos hacemos uso de ella. La diferencia estriba en que un mal fotógrafo encuentra una entre cientos, mientras que un buen fotógrafo lo hace constantemente”.
Y Brassaï hizo uso de sus oportunidades en muchos campos, no solo la fotografía, por algo se consideraba a sí mismo un hombre multifacético.
Los libros de Brassaï
En 1932, publicó un libro de fotografía titulado “Paris al Nuit”, la belleza de sus imágenes que nos trasladan a la noche parisina de un modo ensoñador, unido a lo novedoso de su formato, hizo que el libro triunfara rápidamente.
Quizás su obra literaria más famosa sea “Conversaciones con Picasso”. Picasso le había encomendado que fotografiara sus esculturas en 1932 y quedó tan contento con su trabajo que entre ambos surgió la amistad. Fruto de las charlas que mantuvieron y de su complicidad creativa surgió este libro, que publicó en 1964 y que se antoja clave para entender la figura del pintor malagueño.
Pero el trato de Brassaï con la pluma no queda ahí, numerosos artículo y 17 libros nos dejó el paseante nocturno, incluyendo la novela de 1948 “Histoire de Marie” cuya introducción fue redactada por Henry Miller.
La belleza inquietante del París nocturno desierto.
— Fundación MAPFRE (@fmapfre) 2 de abril de 2018
Descúbrela en #expo_brassaï. pic.twitter.com/Agxw0Jq3zf
Brassaï una actitud muy literaria
El 7 de junio de 1995, el escritor Antonio Muñoz Molina publicó en El País un artículo titulado La noche de Brassaï, en él lo compara con un autor contemporáneo que quiso hacerse rico rápido a través de la literatura, George Simenon.
Ambos compartieron época y territorio. Muñoz Molina convierte a Brassaï en una especie de comisario Maigret, al igual que él “mira y espera” uno para encontrar al asesino, el otro para encontrar la imagen perfecta.
Ahora, Muñoz Molina participa en el catálogo de la exposición sobre Brassaï que nos ofrece la Fundación MAPFRE en la Casa Garriga Nogués.