Alicia Koplowitz es una de las empresarias más importantes de este país, es bien conocida su faceta como coleccionista de arte.
El Museo del Prado, aceptó el lunes 2 de abril, a través de la reunión de su Patronato, la donación del retrato de “Josefa del Águila Ceballos, luego marquesa de Espeja”. El autor de la obra es el pintor de estilo romántico Federico Madrazo y está datada en el año 1852.
Alicia Koplowitz dona al Museo del Prado un retrato femenino de Federico de Madrazo, "Josefa del Águila Ceballos, luego marquesa de Espeja", obra fechada en 1852 https://t.co/p2DfBRP3wN pic.twitter.com/M4RUUOI6WB
— Museo del Prado (@museodelprado) 2 de abril de 2018
En el año 1994, el Museo del Prado le había dedicado una exhibición monográfica al pintor Federico Madrazo, que había sido uno de los directores de la institución.
Particularmente este retrato de una mujer de cuerpo entero, fue considerada por los responsables del Prado como una de las piezas que deberían formar parte de su colección. Que pertenezca a la década de 1850 es muy importante, pues los expertos valoran que es en la que Federico Madrazo tiene una mejor producción pictórica
La Pintura ya se ha sometido a un proceso de restauración que permitirá presentarla al público el día 7 de mayo.
Madrazo un retratista de calidad
La protagonista de la pintura tenía 26 años en el momento en que se retrata, es Josefa del Águila y Ceballos Alvarado y Álvarez de Faria , ya estaba casada con José María Narváez, II vizconde de Aliatar.
Federico Madrazo (Roma, 9.2.1815 - Madrid, 10.6.1894) se hizo pintor siguiendo los pasos de su padre, José de Madrazo, que le abrió los caminos de su formación y de su entrada en la Corte.
Por mérito propio se convirtió en uno de los más grandes retratistas españoles del siglo XIX. Llegando a ser director del Museo del Prado.
En este retrato de la Marquesa de Espeja podemos ver su facilidad para reflejar la realidad a la par que idealiza a sus modelos, siguiendo el estilo de Ingres. El trabajo de las texturas de la vestimenta y de los fondos tiene una enorme calidad, nos habla del lenguaje pictórico propio que caracterizó a Madrazo y que influyó notablemente en los pintores posteriores.