Entre las obras que hizo Masaccio se encuentran los frescos de la 'Capilla Brancacci' y 'La Trinidad'.

La Capilla Brancacci y la obra de Masaccio

La obra fue encargada por Felipe Brancacci pero no la encargó a Masaccio sino que la encargó a Masalino de Panicale con quien trabajaba el joven artista. Brancacci era un comerciante de sedas muy poderoso en Florencia al igual que otras familias como la familia Pazzi y los Médici. Es más, los Brancacci tuvieron disputas con ambas familias por temas de poder en la ciudad.

Aunque la obra era para Masalino, a los dos años se marchó dejando a cargo a Masaccio por lo que es él quien la termina realizando gran parte de los frescos llegando a ser un artistas muy reconocido en esta técnica.

Con respecto a la iconografía, en el fresco se representa la salvación del hombre a través de la figura de San Pedro que es el patrón de los comerciantes del mar. Mediante este santo se introducen algunas escenas del Antiguo Testamento.

Masaccio y 'La Trinidad'

Esta obra se encuentra en Santa María Novella, una obra que nos debe sonar por Alberti ya que este le reformó la fachada. En esta obra se representa lo que indica su propio nombre, La Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo en una misma persona.

La composición de la obra se basa en el triángulo (una composición muy utilizada por ser armoniosa y equilibrada) donde representa estos tres elementos de la Trinidad además de dos figuras laterales que son los donantes Berto y Sandra Cardoni.

Además, junto a los donantes se encuentran María y Juan. Ella será la que represente la salvación con su mano que invita a la oración.

En la parte sur de la composición podemos apreciar la representación del sepulcro de Adán pero hay un dato curioso y es que sobre el sepulcro se encuentra la cruz de Cristo. Esto hace referencia claramente a la unión (o el enlace) entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento además de ser una representación de la muerte y la resurrección (la eucaristía).

Por otra parte, conociendo a Masaccio, utiliza la perspectiva tridimensional (con un punto de fuga bajo como sucede en otra de sus obras llamada 'La Crucifixión', una de las piezas de su políptico. Esto hace que la vista del espectador quede a la altura de los donantes. Este fresco se enmarca en arquitecturas inspiradas en Brunelleschi (no era de extrañar siendo uno de los arquitectos sobresalientes del Quattrocento) utilizando cubiertas de casetones que aumenta el espacio visual.

Además, el arco está basado en los arcos de triunfo romanos sostenido por columnas jónicas que a su vez están acompañadas de pilastras que sustentan un entablamento.