Existe un ejercicio de creación literaria que consiste en coger dos temas sin aparente relación y elaborar con ellos una historia única. Podría parecer por el título que este artículo pretende ser una de esas creaciones, sin embargo, la idea no es mía. Por otro lado enlazar a un genio como Leonardo da Vinci con casi cualquier temática no es difícil, habida cuenta de sus múltiples ideas e intereses.
El responsable de unir al genio renacentista Leonardo Da Vinci con Cataluña ha sido el historiador José Luis Espejo, que cuenta con una página web y varios Libros sobre el tema. Básicamente mantiene que Leonardo habría estado tres veces en España, la primera en el monasterio de Monserrat, añade incluso que la sonrisa de la Virgen de la Moreneta habría influido en su creación de Mona Lisa, y ve en el paisaje de fondo de la misma, las montañas de Monserrat.
Leonardo habría venido en calidad de espía de la república de Florencia. Es decir, era un agente internacional, como la mediación que solicita el President Puigdemont para movernos en el terreno pantanoso en el que nos hemos adentrado tras el referéndum 1-O.
Se queja Puigdemont de la desprotección de la Unión Europea, cuando lo cierto es que se han manifestado para que el presidente del Gobierno español busque vías para evitar la violencia y han condenado la ejercida.
Lo bueno de los genios y del Arte es que le pese a quien le pese, y aunque respondan a los intereses y valores de su época y origen, sus descubrimientos e ideas benefician al conjunto de la humanidad. Leonardo vivió el origen de un periodo que hemos llamado Renacimiento, una época en la que se descubrió que el mundo era más grande de lo que se creía hasta entonces.
El arte es entre otras muchas cosas una conversación continua entre pasado y presente, de la que suelen surgir ideas nuevas.
Pero las conversaciones son imposibles entre dos posturas que no están dispuestas a dialogar y al final el inmovilismo es destructivo.
Sin adentrarnos en la veracidad o no de la presencia de Leonardo en Cataluña, aprendamos de su apertura de miras y expandamos nuestra creatividad para afrontar los problemas de la sociedad, quizás más allá de las carencias de nuestros políticos.