Desde el 22 de junio del 2018 las calles de la ciudad ‘luz’ dieron la bienvenida a un nuevo medio de Transporte, que además de brindar libre servicio funciona con electricidad y puedecircular a una velocidad máxima de 24 km/h. La empresa Lime, originaria de California, busca extender sus dominios al viejo continente europeo, por lo que se ha lanzado un servicio piloto de aproximadamente cien monopatines, en los distritos I y VI, de la ciudad de París. El plan es instalarlos en toda la capital si el servicio obtiene un buen recibimiento.

Al entrevistarse con AFP, Arthur Louis Jacquier, director de Lime para Francia, afirmó que “nuestra flota crecerá rápidamente para responder a la demanda”.

Esta empresa, que ya se ha hecho notar en Berlín y Frankfurt por sus bicicletas de libre servicio, planea grandes cosas en Europa para no quedarse atrás en la competencia con sus rivales, como lo es la empresa estadounidense Bird.

La llegada de este servicio es muy oportuna

En un momento en el que la capital francesa enfrenta problemas en el sector del transporte. Los problemas de escasez y funcionamiento de la aplicación de reserva de bicicletas de alquiler compartidas, de la empresa Velib, se han convertido en una molestia para los ciudadanos. Por otra parte las grandes pérdidas sufridas por Autolib, a través de su sistema de alquiler de vehículos eléctricos compartidos, amenaza con poner fin a este servicio, ya que ni las autoridades locales ni el operador privado Bolloré están dispuestos a compensar.

El jueves próximo el organismo público encargado de supervisar dicho servicio se reunirá para decidir el destino del contrato con Bolloré. En caso de romperse el contrato aproximadamente 150,000 usuarios del servicio quedarían a la deriva, lo que las autoridades parisinas traducen en una pérdida que asciende a “varias decenas de millones de Euros.

Por otra parte, la compañía del empresario francés Vincent Bolloré calcula que la pérdida podría alcanzar hasta los 300 millones de Euros.

Otros servicios que no son del agrado de París

Ante la presencia de otros servicios, tales como los taxis tipo Uber, los chóferes particulares y las bicicletas eléctricas, Autolib no logró satisfacer en su totalidad a los habitantes de París, a pesar de ser descrito como un símbolo de la modernidad y una “primicia mundial”.

En principio Bolloré estimaba beneficios mínimos por 56 millones de euros anuales, lo que finalmente resultó en un rotundo fracaso. Ante el declive de Autolib, Lime, entre otros operadores privados, buscan salir airosos de la crisis.

La tecnología jugará un papel clave, pues los usuarios podrán ubicar los monopatines disponibles a través de aplicaciones móviles. El precio por trayecto será de 1 euro más 15 céntimos por minuto, por lo que el costo de un trayecto promedio oscilará entre 2 y 3 euros. Estos dispositivos de transporte, que no podrán ser utilizados en las aceras, serán retirados durante la noche para recargarse y poder ser utilizados nuevamente en las mañanas.