El candidato presidencial Henri Falcón, de la cuestionada oposición a Nicolás Maduro recientemente se pronunció respecto a una “solución” a la crisis económica que vive Venezuela, anunciando que de cumplirse el escenario de triunfo electoral contra su rival del Partido Socialista Unido de Venezuela, sostendría la política de inamovilidad laboral, que implicaría mantener todos los cargos existentes en el sector público y privado.
Esta medida aplicada durante las gestiones de Chávez y Maduro, implicaría la prohibición de despido para todos los empleados, incluidos los más de dos millones ochocientos mil que quedan en la administración pública.
Adicional a eso, el participante en la carrera electoral que de antemano ha sido desconocida por la comunidad internacional, dice que de serle adjudicada la presidencia promoverá una política de dolarización del salario, lo que significaría que ambas medidas al ser combinadas resultarían en un aumento colosal del gasto público en un país técnicamente quebrado.
Las cuentas no cuafran
Si se toma como referencia el salario propuesto por el asesor económico de Falcón, Francisco Rodríguez, que serían $75 mensuales y se multiplican por dos millones ochocientos mil empleados, el Estado tendría un compromiso mensual de pago de nómina por 210 millones de dólares americanos al mes, cifra que equivaldría a la venta de 3 millones 230 mil 769 barriles de petróleo al valor promedio de $65 por unidad, que ha mantenido durante 2018.
Según el Ministerio de Comunicación e Información de Venezuela, producir un barril de petróleo costaría 8,5 dólares, por lo que de los $65, quedaría de ganancia al Estado la suma de $56,5 por unidad. Si se toma como referencia la cifra de 741.000 barriles al día que Estados Unidos, único cliente que paga con dinero a PDVSA, el monto diario de ingresos utilizables para mantener el gasto público sería de 41.866.500 dólares.
Entonces, mensualmente Venezuela percibe como ganancia, por concepto de venta de petróleo, la suma de 1 billón 255 mil 955 dólares, de los cuales, según Falcón, el Estado destinaría 210 millones para pagar la nómina en bruto del Estado, sin contar los “overheads” o pagos colaterales como vacaciones, jubilaciones u otros bonos, lo que podría llevar esta cifra a unos 378 millones de dólares.
Las pensiones también cuentan
Además, Venezuela tiene compromisos con pensionistas por más de tres millones de sueldos mínimos, lo que a la cifra anterior, le añadiría 255 millones más al mes, para una cifra de 603 millones de dólares mensuales, solamente para cumplir con los funcionarios públicos y beneficiarios de la seguridad social, es decir, Henri Falcón como presidente usaría el 48,01% del presupuesto nacional para pagar sueldos y pensiones.
Pero la cuenta anterior crece cuando se añade el pago de deudas a las que Venezuela está obligada a responder, por un valor de 91 billones de dólares en los próximos diez años, es decir, 9 mil 100 billones al año o 758 millones mensuales, sin tomar en cuenta el gasto militar, infraestructura, salud, entre otros.
Según las promesas de Falcón, necesitaría la colosal suma de 1 billón 361 mil millones de dólares al mes para mantener la nómina pública, las pensiones y el pago de deuda externa, lejos de lo que produce el país por concepto petrolero como la fuente de ingreso que representa más del 90% de las divisas que percibe el país, luego de la destrucción del aparato productivo por parte de su mentor, Hugo Rafael Chávez Frías.