La torrija, torreja o tostada francesa es un dulce originario de Europa que data de la antigüedad, se encuentra en recetarios de los siglos XIV o XV de Francia, de allí el nombre de tostada francesa. Sin embargo en España, la torrija aparece en los recetarios desde el siglo XV aproximadamente y es tradición comerlas durante la Cuaresma.

Aunque existen múltiples variantes, según quien las prepara, la más común se elabora con una rebanada de pan, generalmente de días anteriores, la cual es impregnada bien sea en leche, almíbar o vino y que luego de ser pasada por huevo, se fríe con aceite.

Se endulza bien sea con miel o azúcar y se le agrega canela, ingrediente que no puede faltar. Pero también puede prepararse una masa para hacerlas.

Ingredientes:

1 pan grande del día anterior, o incluso de más de un día

1 l. de leche

1 huevo

½ cucharada de vainilla

La piel de un limón

4 cucharadas de azúcar

Aceite para freír

2 ramas de canela

Miel al gusto

Preparación:

En una olla se pone a calentar la leche y se mezcla bien, para luego añadir la piel del limón, la canela, la vainilla y las 4 cucharadas de azúcar, se cocina a fuego lento revolviendo bien para que se disuelva el azúcar y se retira del fuego antes de que comience a hervir. Se deja reposar hasta que esté fría

Aparte, se corta el pan en rebanadas de aproximadamente 2 a 3 cm de espesor, cuidando que no se rompan y se colocan las rebanadas en una fuente honda.

Con la mezcla de leche colada, se cubre bien el pan y se dejan en remojo durante unos 5 minutos aproximadamente, cuidando que se empapen bien. Este es el secreto para unas torrijas crujientes y a la vez suaves.

Luego se les escurre un poco el exceso de leche y se pasan por el huevo batido. Una vez sacadas del huevo y en una sartén con aceite abundante y bien caliente se fríen por ambos lados hasta que estén doraditas.

Se colocan sobre papel absorbente y aun calientes se les coloca miel al gusto. De acuerdo al gusto se pueden consumir calientes, o llevar al refrigerador y consumir frías. Una vez preparadas pueden durar hasta dos días aproximadamente, pero siempre guardándolas en un recipiente hermético en la nevera.

Si deseas disminuir un poco las calorías, puedes variar la receta y en lugar de freírlas, hacerlas al horno.

Para ello, una vez sacadas del huevo las torrijas, se colocan en una bandeja y se cubren con papel vegetal para llevar al grill hasta que doren por ambos lados, pero resultan mejor fritas. Y a comer esas dulces y deliciosas torrijas.