Dicen que España es un país de tradiciones culinarias férreas y de paladares poco sofisticados y muestra de ello son los numerosos bares con menú del día tradicional de tres platos con bebida que pueblan las ciudades de todo el país. El contrapunto a esto estaría en la calidad y la imaginación que muestra la alta cocina española, galardonada cada año con más estrellas Michelin que cualquier otro país del mundo.

Y a esto han debido acogerse los responsables de producto del gigante de los supermercados francés, que esperan que la influencia de esta nueva tendencia en programas como Master Chef, pese más que el asco natural de los consumidores a la hora de elegir los insectos como plato para la mesa.

Esta semana la multinacional francesa desvelaba una nueva gama de productos a base de insectos que ofrecerá a los compradores españoles la oportunidad de desafiar a sus paladares, seguir una nueva dieta rica en minerales, o atormentar a ese vecino pesado que se cuela en la cena. Entre los diez nuevos productos que ponen a la venta esta semana hay gusanos con ajos y finas hierbas, Chocolate negro con harina de grillos y gusanos búfalo con chile picante.

Los insectos también pueden encontrarse en forma de snacks, aperitivos y pasta.

Un alimento que combate el cambio climático

Según han informado a través de una nota de prensa, los productos están elaborados completamente en Europa siguiendo un proceso manual y sus ingredientes proceden exclusivamente de la agricultura ecológica. "El lanzamiento tiene como objetivo ofrecer a los consumidores los productos más innovadores e incorporar a su surtido alternativas de compra sostenibles y respetuosas con el medioambiente", explican desde Carrefour. Como con cualquier otro producto, todos los componentes y valores nutricionales están expuestos en los envoltorios.

La cadena asegura que con la producción de insectos comestibles las emisiones de gases responsables del efecto invernadero se reducen en un 99 % y ayudan a limitar la contaminación y consumo de agua.

Según dicen, esta nueva línea está en consonancia con su intención de mejorar las condiciones de vida de los animales y reducir el impacto medioambiental que genera la empresa.

¿La comida del futuro?

Los insectos se comen en nuestro planeta desde tiempos inmemoriales y no hay que ir hasta el lejano oriente para comprobarlo. En México y otros lugares de Latinoamérica se comen los famosos chapulines, gusanos de Maguey, hormigas, alacranes. En España, sin ir más lejos, no estamos totalmente acostumbrados al consumo de insectos, pero sí de artrópodos como los crustáceos aunque solo sean acuáticos.

Aunque un kilo de grillos puede costar en torno a los 500€, según The Guardian, la empresa cree que comer insectos será cada vez más popular.

Los análisis del Departamento de Entomología de la universidad holandesa de Wageningen revelan que los insectos son ricos en proteínas, ácidos grasos insaturados, aminoácidos y vitaminas, con una cantidad de hierro y otros minerales igual o superior a la de un solomillo de buey. Además, recoge una lista que incluye 2.111 especies comestibles de insectos y arácnidos, sobre todo escarabajos, orugas, hormigas, abejas, avispas, saltamontes, langostas y grillos, pero también moscas, arañas y cucarachas. Tal vez por eso, la FAO, lleva tiempo promoviendo la entomofagia como solución para paliar el hambre en el mundo.