Frutas y verduras, tan necesarios en nuestra dieta diaria, pueden ser la causa de transmisión de bacterias y gérmenes. Una buena limpieza y desinfección elimina este riesgo y asegura un consumo seguro.
Las frutas y verduras, tanto las que se compran en supermercados y fruterías o directamente a los productores, como las que se cosechan en huertas propias, pueden contener microbios. Desde que se recolectan hasta que llegan a la mesa, estos Alimentos sufren diferentes manipulaciones que pueden provocar algún tipo de contaminación.
Cómo se contaminan
- Antes de su recogida, frutas y verduras pueden estar contaminadas por el agua del riego o por los abonos orgánicos sin tratar. El contacto con el suelo o con insectos u otros animales también contribuye a aumentar el riesgo de contaminación.
- Una vez recolectadas frutas y verduras se guardan en cámaras frigoríficas que permiten que no se deterioren, pero no evita, una vez fuera de la cadena que proliferen las bacterias.
- A pesar de que se recomienda utilizar guantes, frutas y hortalizas se manosean en los puestos de venta, tanto por parte de los compradores como de los vendedores.
- La transmisión por comunicación verbal, un ejemplo, los estornudos por la saliva.
Consumir frutas y verduras seguras
Es preferible consumir frutas y verduras crudas ya que así se aprovechan mejor sus propiedades nutritivas.
Y, siempre que sea posible, es mejor comerlas sin pelar, puesto que a veces las zonas más cercanas a la piel, e incluso en la misma piel, se concentra un mayor contenido de vitaminas y otras sustancias beneficiosas. En estos casos, para garantizar un consumo seguro es importante tener en cuenta una serie de reglas:
- Escoger frutas, verduras y hortalizas frescas, sin signos de estar marchitas, en el punto de maduración y de buena calidad.
- Aunque se consuman peladas deben lavarse.
- Enjuagarlas bien en agua corriente. Las frutas y verduras con cáscara rugosa, como zanahorias, melones y patatas, deben restregarse con un cepillo durante el lavado para eliminar la suciedad de la superficie.
- Es aconsejableel lavarlos vegetales de hoja (acelgas, espinacas, lechuga, etc) hoja por hoja, para destruirrestos de tierra, insectos y posibles residuos de plaguicidas y tratamientos químicos.
- Para asegurar una desinfección exhaustiva, dejarlas en remojo durante 15 minutos con agua en la que se habrá diluido algún producto específico para desinfectar. Después, enjuagarlas bien.
- Evitar el remojo constantepara que no pierdan o disminuyan los nutrientes solubles en agua (vitaminas y sales minerales).