Para BlastingTalks – serie de entrevistas exclusivas de Blasting News con líderes empresariales y culturales –

Entrevistamos a Caterina Biscari, directora de ALBA, la infraestructura científica más importante de la zona del Mediterráneo, situada en Cerdanyola del Vallès en Cataluña. Un instrumento público al servicio de la sociedad y uno de los centros más avanzados a nivel europeo en el ámbito de la investigación con luz de sincrotrón, que se utiliza para múltiples aplicaciones, entre otras: el desarrollo de fármacos, la comprensión de los mecanismos de algunas Enfermedades, el desarrollo de nuevos materiales y que colabora con la comunidad científica e industrial nacional e internacional.

Biscari es una de las pocas mujeres a cargo de grandes infraestructuras científicas y es la presidenta actual de LEAPS, la Liga Europea de Fuentes de Fotones basadas en aceleradores.

Blasting News: ¿Qué es ALBA y qué labores desempeñáis como centro de investigación e infraestructura científica?

Caterina Biscari: ALBA es una gran infraestructura científica que ofrece instrumentación muy avanzada a la comunidad científica industrial y académica para el estudio de la materia en distintos ámbitos, entre otros para investigación médica, ciencias de la vida, desarrollo de fármacos y de vacunas, estudio de nuevos materiales para baterías, catalíticos, nanotecnología, electrónica, alternativas al plástico, estudios sobre la polución de ambiente o alimentos, temas de patrimonio cultural.

Somos una estructura pública financiada al 50% por el Gobierno de España y al 50% por la Generalitat de Cataluña, es decir, somos un instrumento público que está al servicio de los ciudadanos para avanzar en el conocimiento, ayudar a resolver con la ciencia los retos a los que se enfrenta la sociedad, finalmente aportar medios que puedan ayudar a progresar.

¿En qué consiste el sincrotrón y qué ámbitos de nuestro día a día viene a mejorar?

El sincrotrón es un gran acelerador de electrones, donde un millón de millones de electrones viajando prácticamente a la velocidad de la luz dan un millón de vueltas al segundo en los casi 300 m de circunferencia. Los electrones, al pasar por los campos magnéticos del sincrotrón, producen la luz de sincrotrón, que son rayos X, mucho más intensos de los que se utilizan por ejemplo para hacer radiografías clínicas, con un amplio rango de frecuencias y diferentes estados de polarización.

Como sabemos, los rayos X interaccionan con la materia y nos dan información sobre esta. En particular, en los laboratorios experimentales alrededor del sincrotrón esta luz sirve para entender no sólo la composición y la posición de los detalles de la materia, sino también sus características químicas y electromagnéticas. Por ejemplo, podemos obtener una imagen en 3D de una célula completa, viendo detalles tan pequeños centésimas de milésimas de milímetro, podemos visualizar las células infectadas por los virus y cuál es su reacción al ser tratadas por un fármaco. Somos por lo tanto uno de los nodos que se utiliza últimamente para la investigación del Coronavirus.

Este año eres la encargada de presidir la Liga Europea de Fuentes de Fotones.

¿A nivel empresarial es un gran paso para ALBA?

El mundo de la investigación está basado en la colaboración. LEAPS, la Liga Europea de fuentes de fotones basadas en aceleradores, incluye una veintena de infraestructuras, que suman competencias y proyectos para un mejor servicio a la sociedad. Presidir esta Liga y ser su portavoz también de frente a la Comisión Europea es un honor y un privilegio, del que ALBA y España pueden estar orgullosas.

¿Se ha visto algún proyecto científico por parte de ALBA suspendido o interrumpido por culpa de la pandemia?

Cuando empezó el confinamiento en marzo, tuvimos que parar un mes las actividades en las instalaciones, aunque seguimos trabajando desde casa. Luego volvimos a reemprender actividades experimentales, aunque a un ritmo reducido.

El primer experimento que hicimos fue para una farmacéutica que está desarrollando un fármaco para el coronavirus. Desde entonces combinamos experimentos con modalidad ‘mail-in’, en que los usuarios nos mandan sus muestras y se conectan por remoto, con experimentos en que aceptamos un número restringido de usuarios. Hemos aplazado algún experimento o pedido que lo vuelvan a someter para el año que viene. Hemos aprendido a optimizar nuestro modo de operación, también desarrollando nuevos instrumentos digitales para ayudar a la experimentación a distancia.

¿La pandemia de la COVID-19 ha servido para reafirmar que la inversión en ciencia es más necesaria que nunca?

Seguramente se ha reafirmado este concepto y espero firmemente que se actúe en consecuencia.

Comprendo que hay muchas prioridades debido a la crisis socioeconómica actual, pero que la ciencia no se quede atrás es esencial para que podamos salir de esta situación. En la última crisis económica que tuvimos algunos países como Alemania lo primero que hicieron fue dedicar más inversión a la ciencia y eso les ha ayudado a superar la crisis con éxito. La ciencia es una inversión que no tiene un retorno inmediato, pero si lo tiene asegurado a largo término.

¿Se puede considerar al sincrotrón como un aliado en la lucha contra el cáncer?

Sí, el sincrotrón es un aliado no solo en la lucha contra el cáncer, sino en la lucha contra muchas enfermedades. Puedo poner un ejemplo de lucha contra el cáncer: se están desarrollando fármacos antitumorales basados en metales, en particular Iridio.

En un estudio llevado a cabo combinando una técnica presente en Alba y otra en el sincrotrón internacional ESRF se ha definido la localización en las mitocondrias de las células de las nanopartículas de Iridio y cuantificado la dosis que sirve para la destrucción de las células tumorales, lo cual ayuda a minimizar los efectos secundarios que la quimioterapia. Y además de estudios relacionados con el cáncer, puedo nombrar naturalmente experimentos relacionados con el COVID-19, la malaria, la hepatitis C, el Alzheimer, etc.

A largo plazo, ¿un país puede diferenciarse de otro a nivel económico si tiene un gran desarrollo en la producción de luz en sincrotrón?

La luz de sincrotrón no da avances económicos directamente, pero la infraestructura científica sí tiene un impacto socioeconómico positivo en el entorno donde se desarrolla.

Según estudios de impacto socioeconómico llevados a cabo, ALBA ha tenido un retorno positivo incluso sin considerar los resultados científicos, por el desarrollo industrial, el poder de formación, la creación de puestos de trabajo, la atracción de talento, las visitas de usuarios, etc. A esto hay que sumar la parte más importante, los resultados científicos de los que ya hemos hablado.

Los grandes parques científicos de primera índole no suelen hallarse en España. ¿Se puede decir que nuestro país es uno de los pioneros en esta nueva ciencia del sincrotrón?

Pionero no, porque es una ciencia que está en todos los países avanzados y ALBA fue aprobada en 2003 cuando había ya alguna decena de sincrotrones en el mundo.

No somos pioneros, pero sí hoy en día estamos entre los más avanzados que hay en el mundo.

Caterina Biscari, usted fue nombrada Mujer Científica en 2018 por la Fundación Women’s Week. ¿También son nuevos tiempos para la mujer en el ámbito científico?

Quiero recalcar el hecho de que es más natural que la mujer pueda llegar a posiciones como la que yo tengo ahora en España que en muchos otros países europeos, pero hay mucho camino todavía por delante. Todavía el modelo de mujer en la sociedad es el de la persona que ayuda a los que tiene a su alrededor, la maestra, la médica, la enfermera, la madre de familia. La imagen del científico sigue siendo la de un hombre que persigue su deseo de conocimiento.

El mensaje que quiero pasar a las jóvenes que deben emprender su camino de estudio es que la curiosidad de entender y conocer más es nuestro derecho y es nuestro deber concretizarla en una carrera científica, con la que además ayudamos a la humanidad.

¿Qué nuevos proyectos tiene en mente ALBA en un futuro cercano?

Tenemos cinco nuevas líneas experimentales en construcción, dos de las cuales entrarán en función en el 2021, y una de las cuales es en colaboración con la ESA, la Agencia Espacial Europea, para la construcción de módulos de espejos para el futuro satélite Athena. Estamos preparándonos para la participación en los programas de Horizonte Europa de la Comisión Europea y finalmente estamos trabajando para definir el futuro de ALBA de aquí a diez años, para que ALBA haga el salto hacia una nueva generación de fuente de luz de sincrotrón.