Para Blasting Talks - entrevistas exclusivas de Blasting News con líderes empresariales y culturales - entrevistamos a Sebastián Celestino Pérez, director del Instituto de Arqueología de Mérida, sobre investigación, conservación y descubrimientos de patrimonio histórico.
Blasting News: El IAM nació gracias al convenio de colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Junta de Extremadura para la investigación del patrimonio arqueológico de Extremadura, promover la excelencia científica y formar a investigadores. ¿Cuáles son las principales funciones del Instituto de Arqueología de Mérida y cómo se llevan a cabo?
Sebastián Celestino Pérez: Aunque desarrollamos proyectos en el ámbito nacional e internacional, nuestro principal objetivo se centra en la investigación y estudio de la arqueología extremeña, donde abarcamos varias épocas, desde la Prehistoria hasta la Antigüedad Tardía.
Para ello llevamos a cabo prospecciones y excavaciones arqueológicas en ambas provincias, además de utilizar otras técnicas no invasivas, lo que denominamos Arqueología de Mínima Invasión. Otra de nuestras labores fundamentales es la formación de investigadores procedentes de universidades o centros de investigación nacionales y del extranjero, ya sea predoctorales, postdoctorales o técnicos de apoyo a la investigación. Por último, realizamos una sostenida labor formativa a través de cursos de postgrado bajo el amparo institucional del CSIC.
¿Cómo son las líneas de comunicación entre el instituto y los ciudadanos, investigadores, profesionales y curiosos que se interesan por la arqueología? ¿Hay algún plan de acercamiento de la arqueología a la sociedad?
Desde nuestros comienzos hemos realizado numerosas actividades destinadas a dar a conocer nuestra investigación organizando exposiciones por varios municipios extremeños, participando en la Semana de la Ciencia y en numerosas conferencias. También hemos editado dos colecciones de libros, una de carácter científico y otra divulgativa sobre aspectos concretos de la Arqueología de la zona, de la que ya se han publicado 11 números.
Por último, la FECYT nos concedió un proyecto de difusión relacionado con una de las intervenciones con más proyección en el ámbito nacional e internacional dentro del Proyecto Construyendo Tarteso denominada Tarteso en Comunidad, cuyo objetivo es difundir el patrimonio en el ámbito rural. Además de la página web mencionada, disponemos también de la propia página del IAM, que se complementa con un canal YouTube y una página en Facebook.
Por su parte, Construyendo Tarteso tiene además canal de YouTube, Instagram, Facebook y Twitter.
El presente y sobre todo el futuro de la arqueología pasa por la colaboración con diferentes empresas tecnológicas y científicas como el CSIC. ¿Cuáles son los principales avances y progresos que aportan las nuevas tecnologías de información geográfica a la arqueología, una ciencia que atesora miles de años?
Las nuevas tecnologías son la base de nuestro trabajo, de hecho disponemos de un Laboratorio de I+D donde desarrollamos técnicas no invasivas en Arqueología. Nuestro trabajo está más centrado en la detección de yacimientos por satélite, en la aplicación del geo-radar o en el empleo del escáner-láser que en la excavación arqueológica clásica, ahora destinada solo a solucionar problemas puntuales.
En este sentido disponemos de una infraestructura muy solvente que compaginamos con los SIG, lo que permite tener un mayor conocimiento del pasado en general, no solo de sus restos más destacados. Así, nuestra colaboración con grupos de investigación de las áreas de la ingeniería y la informática está cada día más presente, participando en nuestros proyectos de investigación; del mismo modo, hemos desarrollado proyectos de realidad virtual aplicada al patrimonio con empresas extremeñas.
¿De qué manera ha afectado la pandemia al IAM y cómo lo habéis superado?
No nos ha afectado especialmente la pandemia por Coronavirus, aunque hemos tenido que aparcar partes de nuestros proyectos, sobre todo los que necesitan un desarrollo en el campo.
En 2018 se publicó una investigación de la Scaenae Frons del Teatro Romano de Mérida. ¿Puede contarnos más sobre ese proyecto? ¿Ha habido otros descubrimientos más impactantes del instituto? ¿Se han producido en Mérida?
El libro del Scaena Frons es un compendio de estudios de varios investigadores nacionales y extranjeros sobre uno de los frentes escénicos más conocidos de los teatros romanos, el de Mérida. El estudio ha servido para caracterizar las técnicas constructivas empleadas así como las diferentes épocas en las que se construyó y se fue ampliando. Quizá el descubrimiento más impactante fue el que se produjo en 2015, un monumental edificio de época tartésica en un sorprendente estado de conservación cuyos trabajos han recibido el Premio Nacional de Arqueología y Paleontología, el sitio se denomina Casas del Turuñuelo y ha tenido una gran repercusión mediática, tanto nacional como internacional.
¿Cuál es la forma de proceder cuando se descubre un hallazgo importante?
En primer lugar, calibrar su importancia antes de acometer una excavación arqueológica. Hoy hay medios que nos permiten conocer bien un yacimiento sin necesidad de excavar. Pero hay otros que son difíciles de definir por sus especiales características, como por ejemplo que esté levantado en tierra o adobe y no pueda ser detectado por medios mecánicos. Es el caso del yacimiento del Turuñuelo antes mencionado. En estos casos se realiza un sondeo previo para conocer la potencia y la cronología del lugar y en vista de los resultados, se plantea una excavación en el área. Los trabajos en arqueología son lentos y caros por la mano de obra especializada que se requiere y por los numerosos análisis que se requieren para tener una información completa del sitio, por ello hay que pensarse mucho una intervención porque puede ser perjudicial para su conservación si no se pueden culminar los trabajos por falta de financiación.
¿Qué es la arqueología del urbanismo? ¿Combina la modernidad de nuestro día a día con los monumentos históricos de nuestras ciudades?
La Arqueología urbana ha supuesto un paso de gigante en la conservación y protección del patrimonio. Todas las ciudades patrimoniales se rigen por leyes que protegen los restos que se encuentran bajo sus ciudades, lo que ha permitido incrementar nuestro patrimonio sustancialmente. Un caso especial es precisamente Mérida, donde el Consorcio de la Ciudad Monumental ha sido pionero en estas políticas que conjugan el interés patrimonial con los intereses de propietarios y promotores. Gracias a estas intervenciones, en los últimos 30 años conocemos mucho mejor cómo han ido evolucionando las ciudades y los propios ciudadanos se han ido sensibilizando con el pasado de las ciudades donde viven.
¿En qué consiste el Laboratorio de Arqueología no invasiva (MINARQLAB) y cuáles son sus principales funciones?
Consiste fundamentalmente en dar servicio a empresas e instituciones que quieren desarrollar planes de construcción en lugares susceptibles de poseer restos arqueológicos, o bien para delimitar y caracterizar yacimientos arqueológicos ante su posible intervención para sacarlos a la luz. También emplea técnicas avanzadas para clasificar monumentos o elementos arqueológicos destacados para difundirlos más allá del nivel puramente científico.
¿Ha aumentado en los últimos años el interés de revalorizar el patrimonio cultural y conservarlo más?
Sí, es evidente, nos movemos en una sociedad cada vez más ávida de conocimiento y con mayores niveles de educación, lo que ha generado una clara sensibilización hacia el Patrimonio.
Lo que consiguió el Medio Ambiente en los años 70 del pasado siglo, lo consiguió el Patrimonio Cultural una década después, aunque a un ritmo quizá menor. Pero hoy hay programas específicos de recuperación del Patrimonio Cultural que antes apenas existían, y los pueblos protegen como nunca su patrimonio, son conscientes de que puede además convertirse en una fuente de ingresos gracias al boyante turismo cultural.
¿Cuáles son los retos y objetivos del Instituto de Arqueología de Mérida para el futuro?
Nuestro reto es consolidar las líneas de investigación que ya desarrollamos y aumentar la colaboración con otras entidades, públicas o privadas, para seguir incidiendo en la importancia del conocimiento de nuestro pasado. En el año 2023 está previsto que finalicen las obras de rehabilitación de la nueva sede del IAM y será el momento de dar un nuevo impulso a la investigación.