El Banco Central Europeo ha dejado sin cambios los tipos de interés, en el 0%, y la facilidad de depósito, que continúa en tasas negativas del -0,40%. La entidad europea ha revisado sus perspectivas de inflación y ha mejorado las previsiones de Producto Interior Bruto para este año y los dos siguientes. Atisba una aceleración en la Economía global que tiene que apoyarse en políticas monetarias que ofrezcan las condiciones más favorables.
Mario Draghi se ha mostrado optimista en cuanto al futuro tras la reunión mantenida por el Consejo de Gobierno del BCE. En la rueda de prensa ofrecida a las 14:30, hora española, ha manifestado su intención de mantener los tipos en las tasas actuales “incluso más allá del horizonte de tiempo que se extienda el programa de compra de deuda”.
Confirmó que éste seguirá en los ritmos actuales de 60 mil millones mensuales y dejó la puerta abierta a una posible extensión del QE (Quantitative Easing) “que podría superar diciembre de 2017, si es necesario”. Para Mario Draghi es importante advertir “un ajuste sostenido en el objetivo de inflación, es decir, que se mantenga por debajo pero cerca del 2% en el medio plazo”.
De esta forma, el BCE ha revisado a la baja sus previsiones de inflación situándolas en el 1,5% para el año en curso, 1,3% para 2018 y 1,6% para 2019, frente a las previas de 1,7%, 1,6% y 1,7% respectivamente.
El presidente del BCE considera que la expansión económica de la Zona Euro se proyecta “a un ritmo más rápido al que esperábamos” y percibe un equilibrio en los riesgos, aunque insistió en la necesidad de traducir la expansión económica en “una inflación más fuerte”. Así, ha aprovechado para llamar la atención a los gobiernos que con su estancamiento reformista lastran la recuperación. Ante esta mejora de la economía de la eurozona y “global” la entidad ha mejorado sus previsiones de Producto Interior Bruto (PIB) fijándolas en el 1,9% para este año (1,8% previo), 1,8% para 2018 (desde 1,7% anterior) y 1,7% para 2019 (frente al 1,6% de marzo).
Mario Draghi ha insistido en que “si el panorama se vuelve desfavorable o si las condiciones financieras se vuelven incompatibles con un mayor progreso de la inflación” el BCE está listo para aumentar el programa de compra de deuda en términos de tamaño y/o duración. “Son necesarias unas condiciones de financiación muy favorables para llevar la inflación hasta su objetivo del 2%”, ha dicho.