Sonaba bien eso de sacar una moneda de un euro -o dos de cinquenta céntimos, o cinco de...- y acercarnos a las oficinas centrales del Banco popular para comprarlo, es verdad.

La noticia ha saltado hoy a los medios: la que fuera la quinta entidad financiera más importante en este país ha sido "regalada" al Banco Santander por​ el módico precio de ¡1 euro! Alguno ya iba corriendo con la cartera de los céntimos a su sucursal a preguntar por el precio de su banco. "Si el Popular vale menos que un café, Unicaja no debe valer más que un par de chicles", habrá pensado alguno.

Por desgracia, es un poco más complicado de lo que parece. Si ni Bankia, ni Caixabank, ni BBVA, ni ningún otro banco se había decidido hasta ahora por comprar el Popular no era precisamente por el desembolso que deberían realizar para adquirirlo.

La entidad, presidida fugazmente por el exvicepresidente de relaciones de JP Morgan, Emilio Saracho, ya llevaba unos meses en condenada a bailar eternamente sobre la cuerda floja. Indecisos entre una nueva ampliación de capital -y ya iban 47 desde 2008-, venderse al primer postor o esperar al rescate, el banco que hasta hace 10 años podía presumir de ser el más solvente, seguía perdiendo valor en sus acciones cada jornada.

Hoy, el Banco Popular se ha convertido en la primera entidad bancaria liquidada por el Mecanismo Único de Resolución (MUR) de la Unión Europea, que nunca había actuado desde que se creara en 2008 con el objetivo de evitar más rescates a la banca con dinero público.

A pesar de la supuesta 'ganga', el Banco Santander será ahora el encargado de hacer frente a los activos tóxicos del Popular que tanto preocupaban.

¿Comprarías un coche usado por 1 euro que necesita 10.000 euros en reparaciones? Probablemente no.

Popular alberga más de 40.000 activos inmobiliarios que tendrán que revisar y tasar de nuevo. Y probablemente no traigan buenas noticias para el Santander, que ya ha anunciado que dedicará más de 15.000 millones para lo que pueda venir con los activos de su 'ganga'.

Pero este no es el único problema que trae consigo el Popular. El 'afortunado' comprador deberá lidiar con los nuevos ajustes de personal del Popular, que recortará casi la mitad de su plantilla con 5.000 despidos. A partir de ahora, deberá hacerse cargo de las nóminas e indemnizaciones.

Si después de todo esto, alguno sigue teniendo ganas y dinero para comprar el próximo 'Popular', le invito a estar atento a nuevas gangas. Yo puedo prestarle el euro.