¿Puede estar Michelín actuando para amañar los resultados en este mundial de MotoGP?
Esa es la pregunta que -cada día más- ronda entre los aficionados al motociclismo de todo el mundo. La disparidad de los resultados de los pilotos en las diferentes carreras ha empezado a levantar las sospechas de los más escépticos, que señalan como principal culpable a la reputada marca de neumáticos.
Pero, ¿cómo puede Michelín influir decisivamente en el resultado de distintas carreras? Lo cierto es que este año Michelín ha decidido dar un paso más allá y crear neumáticos diferentes para cada circuito.
Buscando optimizar su rendimiento adaptándolo a las circunstancias, al final el resultado no deja satisfecho a nadie y genera en los pilotos una incertidumbre innecesaria al no saber qué se van a encontrar en la siguiente carrera.
Es aquí donde nacen las teorías conspiracionistas. ¿Está Michelín tratando de mejorar las carreras o está jugando a "dar y quitar" a los pilotos para dar más emoción al campeonato?
Pongamos el punto de mira en la trayectoria del que hasta hoy es el líder del mundial de MotoGP: Maverick Viñales.
El piloto catalán arrancaba la temporada como uno de los principales favoritos junto a Marc Marquez para levantar el título de campeón, y su comienzo no defraudó. Primera posición en Qatar y Argentina, los dos primeros Gran Premios, y 50 puntos de 50 posibles.
Pero en Austin comenzaron los problemas. Viñales se iba al suelo cuando rodaba en 4ª posición y perdía el liderato del campeonato. Una caída que el piloto calificaba de "inexplicable" por un mal agarre de su neumático delantero. "Excusas de mal perdedor", dirán algunos.
El caso es que después vino Jerez. Y no fue demasiado bien.
El piloto gerundense no podía pasar de la 6ª posición, superado incluso por la satélite de Johan Zarco, que mejoró su tiempo en prácticamente 7 segundos. Aquí Maverick fue más explícito respecto a su explicación y señaló directamente a Michelín por su neumático delantero, señalando las diferencias en su rendimiento entre los warm up y las carreras: "Por la mañana iba muy fino, la moto no se movía, tenía muy buenas sensaciones.
En carrera ha sido un desastre".
Viñales ya había abierto el debate y muchas miradas apuntaban ya a Michelín. "No puedo decir nada, recibiría un mail si hablo mal de los neumáticos", sentenció después de la carrera.
En Francia, sin embargo, Mack conseguía la pole, volvía a ganar y recuperaba el liderato del campeonato. Y los ánimos se templaron.
En Mugello la buena sintonía continuó: consiguió la pole y acabó segundo, solo por detrás de un gran Dovicioso crecido por correr en casa. Piloto italiano, moto italiana y circuito italiano, el sueño de todo tifosi hecho realidad.
El resultado sirvió a Maverick para tomar ventaja respecto a los demás pilotos y liderar el mundial con 26 puntos sobre su nuevo perseguidor, precisamente Andrea Dovicioso.
Pero fue el último Gran Premio -en casa- el que despertó todas las sospechas sobre la marca francesa de neumáticos. Viñales, incapaz de marcar un buen tiempo durante todo el fin de semana, partía en Cataluña desde una discreta 9ª posición y acababa la carrera décimo, beneficiado incluso por el abandono de otros pilotos.
Sin apenas modificaciones en la moto respecto a Mugello, el líder indiscutible del mundial de MotoGP llegó a rodar gran parte de la carrera en la posición 15. Algo completamente fuera de lo común.
Viñales no ocultó su frustración al acabar la carrera: "Al final es opinar sin saber, pero si es verdad que cada vez que estoy muy lejos en el campeonato hago un mal resultado sin venir a cuento.
De una mañana a la otra la moto ya no funciona... No sé qué pensar".
Aunque no lo parezca, lo cierto es que Michelín podría estar siendo la víctima y no el culpable. Su apuesta para superar el legado de Bridgeston ha sido arriesgada e intentar mejorar el rendimiento del neumático cada carrera no es en principio algo que se les pueda reprochar.
Sin embargo, los continuos cambios en los compuestos exigen a los equipos una adaptación constante que no parece tener ninguna aceptación en la parrilla. Ya tienen demasiados problemas con los que lidiar para estar pendientes de los neumáticos.
Si hay efectivamente amaño o todo lo contrario, que lo decida cada uno.
En cualquier caso, sea víctima o culpable, salga vencedor o vencido, Michelín ya ha cosechado a estas alturas su gran fracaso de esta temporada: que los neumáticos sean los protagonistas.