Taylor Swift es conocida a nivel internacional. Ha vendido gran cantidad de discos, ha realizado muchísimos conciertos, acumula cantidad de premios. Pero más allá de su faceta como cantante y algunos pinitos que ha hecho como actriz, Taylor Swift también esconde curiosidades y secretos.

Taylor Swift siente la música desde la cuna

Taylor Swift apuntaba maneras desde pequeñita. Su sorprendió a sus padres con nueve años al cantar el himno nacional. Como vieron el potencial de su hija, cuando la cantante tenía 14 años se mudaron a Nashville para poder tener un mejor futuro.

Antes de dedicarse a la Música, trabajaba en la granja familiar de árboles de Navidad.

Y es que la familia para la cantante es muy importante, sobre todo su abuela. Muchos artistas se decantan a dedicarse al mundo de la música o la interpretación por iconos o ídolos. Pero para Taylor Swift este impulso le vino desde casa. Su abuela, Marjorie Finaly, era cantante de ópera y tenía su propio programa de Televisión en Puerto Rico.

Fuera de su círculo familiar, uno sus referentes musicales e ídolos es Britney Spears. De hecho, reconoció en una ocasión que aún mantiene los pósters de la cantante en la casa de sus padres. Otro de sus iconos de la música es Shania Twain. Y, si seguimos con su carrera profesional, la cantante no solo tiene una gran voz además, también toca diferentes instrumentos: la guitarra, el ukelele, la guitarra eléctrica, el banjo y el piano.

Además de cantar, sacó su propia línea de ropa

Además de la música, Taylor Swift también se ha dedicado al mundo de la moda. En 2016 la cantante presentó sus prendas, junto a la marca Heritage, en la Hong Kong Fashion Week. Pero esto solo fue para el mercado chino y la colección se llamaba TSwizzie.

La cantante no solo escribe sus propias canciones sino que también ha escrito novelas.

Cuando tenía 12 años escribió una de 350 páginas. Además, fue la primera invitada del programa Saturday Night Live que escribió su propio monólogo. Además, también le encanta leer. Sus libros favoritos son 'Los Juegos del Hambre' y 'Matar a un ruiseñor'.

Después de esto, está claro que también hubiera triunfado como escritora.

Pero si Taylor Swift no se hubiera dedicado al mundo de la música le hubiera gustado ser detective. Así lo ha reconocido en varias ocasiones.

Taylor Swift es gran amante de los animales

Los gatos son los animales que más apasionan a la cantante. De hecho, tiene dos gatas: Meredith Grey y Olivia Benson. Los nombres de las gatitas vienen por otra de sus pasiones, las series. Y es que Meredith es el personaje al que da vida Ellen Pompeo en 'Anatomía de Grey' y Olivia por la serie 'Ley y Orden'.

Además de los gatos, otro de los animales que adora son los caballos. Cuando era pequeña adoraba montar a caballo y participaba en competiciones hípicas profesionales. A lo mejor, dos de sus personajes favoritos de Disney pueden ser Perdigón de "Toy Story" o Pegaso de "Hércules".

Y es que todo lo que tiene que ver con el mundo Disney le apasiona. Además, ha reconocido que su princesa favorita es Cenicienta.

A Taylor Swift le gusta el hummus, el color azul Tiffany y le gustaría hablar castellano

La comida es algo que también le apasiona. El hummus nunca falta en su nevera y el pollo es el alimento que nunca falta en sus recetes culinarias. Respecto a la bebida, el café y el vodka con coca-cola light es lo que más le gusta. Pero si tiene una debilidad por algo es por la tarta de queso. Otra de sus debilidades es el color azul Tiffany. Si, no es un color normal, un rojo, un naranja o un rosa. No, en concreto el color que más le gusta a la cantante es ese.

Su número favorito es el 13.

Aunque si que tiene algunas fobias y miedos. La cantante ha reconocido que no soporta a las serpientes, las arañas, los erizos de mar, ir a prisión y los escarabajos. También le da miedo conducir ya que ha sufrido tres accidentes de coche.

Lo de que no quiere ir a prisión es algo que tiene muy claro. Taylor Swift fue una chica legal y hasta los 21 años no probó una gota de alcohol. Eso sí, cuando bebe un poco de más reconoce que siempre acaba llorando y hablando de la cantante y pintora canadiense Joni Mitchell.