Lo primero que hay que decir es que los felinos fueron domesticados entre el 7500 a. C. y el 7000 a. C. y desde entonces los humanos han sabido aprovechar las características de este animal en su beneficio. Probablemente las primeras prácticas de domesticación gatuna se debieron a las necesidades de control de plagas en las nacientes sociedades agrícolas, que encontraron en los hábitos depredadores de los gatos una herramienta de control de especies indeseadas. En este punto la belleza y ternura del espécimen no era tan valorado como su habilidad de caza.

Sin embargo, el transcurso de los años, estos Animales han logrado establecer relaciones importantes con las personas, situaciones que condujeron a que, a día de hoy, una considerable parte de la población conviva en sus hogares con los felinos.

Los gatos han sido importantes a lo largo de la Historia para diferentes civilizaciones

En el Antiguo Egipto, además de sus funciones protectoras del hogar, pasan a ser apreciados por su carácter dulce y gran belleza, además de representar la presencia terrenal de la diosa Bastet que era representada como una figura antropomórfica femenina con cabeza de gato. Este personaje mítico simbolizaba el misterio nocturno de la luna, la belleza física y la protección de los muertos.

Características atribuidas a los felinos que se fueron integrando progresivamente de generación en generación a los modos de vivir de las personas en las ciudades, lugares donde el bienestar de los gatos pasa a ser un culto sagrado que era proclamado por los faraones e integrantes de las altas cortes, para quienes el animal era símbolo remarcable de la cultura egipcia, hasta el punto de que era venerado como dios.

En otras culturas los gatos también tuvieron papeles destacables. Por ejemplo, en China se creía que gracias a sus ojos brillantes podían espantar a los demonios. En Japón, la concepción era ambigua, ya que por un lado este animal era portador de buena suerte y con otra perspectiva era interpretado como símbolo de sensualidad lujuriosa y decadente.

En la India, eran adorados de manera similar a Egipto, simbolizaban la fecundidad y protección de energías diabólicas.

Los gatos en la actualidad: Compañeros y amigos del hombre

Luego de algunos datos históricos de los felidae, se pasa a explicar cómo estos hermosos animales pueden ayudar a las personas que padecen síntomas de depresión y ansiedad. Las enfermedades mentales hoy día 2019, son un factor que preocupa a los gobiernos de todos los países. Entre los problemas más comunes que se encuentran dentro de esta categoría están la ansiedad y la depresión: padecimientos del estado de ánimo y el comportamiento que afectan a millones de personas alrededor del mundo.

Son muchos los tratamientos desde la farmacología y la terapia psicológica que se han diseñado para combatir los trastornos mentales.

Sin embargo, surgen alternativas a estos tradicionales métodos que pueden servir de apoyo en las difíciles situaciones que afrontan las personas deprimidas y ansiosas, una de estas es la “gatoterapia”.

Son múltiples los beneficios que puede traer la acogida de un felino en nuestras vidas, más aún si se padece de aislamiento debido a los trastornos y las fobias; entre estas virtudes que traen los gatos y que aportan a la salud se pueden nombrar:

Ronroneo curativo. Cuando los gatos se sienten felices y a gusto, emiten un sonido que puede ir de los 20hz a los 140hz. Esta cualidad vibratoria y sonora ha sido desarrollada durante su evolución como mecanismo de supervivencia, confiriéndole propiedades sanadoras de tejidos dañados.

Elizabeth Von Muggenthaler, una especialista en bioacústica de la Universidad de Carolina del Norte ha descrito que los ronroneos que se encuentran en el rango de los 25Hz y 40Hz son similares a los usados en procesos terapéuticos implementados en casos de fracturas y lesiones de ligamentos. Incluso se han comprobado beneficios en la salud cardíaca, ya que se ha comprobado en pacientes que han sufrido episodios cardíacos agudos, que al convivir con felinos en el hogar tienen mejor posibilidad de recuperación y de no volver a repetir el ataque. Al ronroneo se le atribuyen propiedades relajantes, con potencial para la disminución del estrés y la ansiedad. También se dice que estos animales pueden ayudar a bajar la presión arterial y aumentar las defensas.

Hay incluso quienes practican la meditación con los dulces sonidos que emiten estos peludos compañeros.

Su curiosa personalidad. Quienes padecen de ansiedad y depresión son personas comunes que tienen un peligro eminente de caer en el aislamiento, una vez allí los gatos pueden ser de ayuda ya que son seres que a cambio de un buen trato no discriminarán por la condición social, manera de hablar, vestir y de ser de sus dueños. Por el contrario, su personalidad generalmente logra amoldarse a los modos de vida en que se desarrollan, siendo constantes su estado de ánimo juguetón y divertido. De este modo, se presentan como una compañía que permite experimentar sentimientos de ternura y afectividad positiva, condiciones en la soledad total es difícil de hallar.

Estas emociones que se pueden encontrar en el comportamiento de los gatos ayudan a que las personas no pierdan su lado sensible y se mantengan en la frecuencia del amor, anhelando el bien hacia otros seres. No quiere decir que todo sea risa y cariño, la personalidad de los felinos es muy traviesa y en ocasiones agresiva, pero también estas cualidades los hacen animales que invitan a moverse y a salir de la zona de confort a través de su ejemplo de ecuanimidad y tierno egoísmo. Eso sí, una vez alguien gana el corazón de un gato mediante el cuidado y las atenciones se tiene un amigo incondicional del cual no se puede sino disfrutar y aprender.

Amor y responsabilidades gatunas. El tener uno o más gatos significa una responsabilidad importante.

Es indispensable para poder tener estos ejemplares en nuestros hogares, estar trabajando constantemente por su bienestar. Brindar comida y agua limpias a diario, saber educarlos y tener paciencia cuando hacen travesuras. No obstante, esto hace parte de la experiencia y de la gratificación de brindar bienestar a un ser que lo merece, y siempre se va a contar con el apoyo de una gigante comunidad alrededor del cuidado gatuno. Este último punto es importante para las personas que caen en la soledad, ya que el hecho de tener un gato abre las puertas a la socialización en la “gatocultura”, encontrando motivos para hablar a dueños de otros felinos, que pueden llegar a ser amigos y posiblemente personas con problemas similares, que han encontrado un aliviO de sufrimientos y tristezas en el esfuerzo activo por hacer del mundo del animal un lugar digno y feliz para vivir.

Adoptar gatos en vez de comprarlos

Comprar animales de lujo está bien, es algo respetable y una actividad económica válida. En esta ocasión el llamado es para las personas que se han sentido vulnerables, a que reconsideren si un gatito puede aportar un poco de la alegría perdida en sus vidas. Muchas veces si estos animales no son acogidos en un hogar cálido y amable, sufren destinos crueles e indeseados, es por esto que es altamente recomendable adoptar, a estas criaturas que no eligieron venir a un mundo agreste y peligroso. No solo por esto, sino que ellos estarán agradecidos por siempre en respuesta a la buena vida que una persona les pueda dar. Son bastante inteligentes, lo suficiente para apreciar el amor sin discriminar la condición de quien les brinda atenciones y cuidados.

Seguramente pocos se arrepienten de adoptar una mascota, son cada vez más los testimonios de personas que encuentran un alivio a los síntomas de la ansiedad y la depresión a partir de la “gatoterapia”. Finalmente es algo que contribuye a la rehabilitación de personas valiosas con corazones altamente sensibles y caritativos que por complejas razones y debido a las dinámicas de la sociedad, se ven vulnerados en su personalidad y sus potencialidades. En este sentido, es probable que la compañía felina contribuya a la libre expresión de la personalidad en el ambiente del hogar, logrando incluso generar mayor comunicación entre las personas que lo conforman, pues el animal siempre dará de que hablar, son además compañía ideal para nuestros ancianos, quienes son una población altamente propensa a deprimirse y encuentran en la responsabilidad del cuidado animal, actividades que contribuyen a disminuir el sedentarismo.