La idea de caer prisionero en un conflicto actual contra un enemigo como el yihadista, que ni respeta la Convención de Ginebra sobre trato a los prisioneros, ni los más elementales derechos humanos (de hecho la ejecución de manera salvaje frente a una cámara de video es su modus operandi), hace de la idea de caer en manos enemigas en el campo de batalla contemporáneo algo simplemente inaceptable, por lo que todo intento de rescatar a un combatiente antes de ser capturado se ha convertido en una refinada táctica a cumplimentar en operaciones especiales bajo el título genérico de COMBAT SAR o rescate en Combate.
Los orígenes de las COMBAT SAR
Fue en la Guerra de Vietnam cuando en Estados Unidos empezaron a desarrollar técnicas de recuperación para pilotos propios derribados en territorio enemigo, pese a la propaganda y a la espectacularidad de algunas operaciones que incluían el empleo de unidades especiales, aviones y helicópteros; lo cierto es que los éxitos fueron escasos y la mayor parte de las veces el aviador abatido era capturado.
Pero el saber que si te derribaban había una posibilidad de ser rescatado elevaba la moral de los pilotos, quienes a base de ensayo y error, la técnica se iba perfeccionando y conflicto tras conflicto era cada vez más refinada y se lograban más éxitos hasta llegar hoy día a una técnica estándar que es la actualmente utilizada por la mayor parte de ejércitos occidentales.
Una demostración de esta técnica se vivió en una demostración operativa en la Base de Cuatro Vientos.
El contexto
Simulando una escena típica del escenario afgano, dos pilotos llegan a tierra en paracaídas tras eyectarse de su avión alcanzado por un misil antiaéreo. Su primera acción es pasar inadvertidos, así ocultan sus paracaídas, buscan un refugio y encienden sus balizas personales de localización, se llevan en el traje de vuelo, y por radio portátil se ponen en contacto con la base para pedir un COMBAT SAR que los recupere.
El rescate
Al cabo de un tiempo la ayuda llega en forma de dos Super Puma cargados con sendos equipos tácticos de la EZAPAC, tras un par de pasadas para verificar la zona, ambas máquinas empiezan a descargar en fast rope a los miembros de operaciones especiales que llegan a tierra y montan un perímetro de seguridad capaz de defenderse por los cuatro costados.
Un par de boinas verdes se dirigen arma en ristre hacia los pilotos, los encañonan e inmovilizan y les interrogan sobre aspectos de su vida personal que solo ellos pueden saber para confirmar su identidad y que no sean infiltrados. Si las respuestas son satisfactorias, como es el caso, los pilotos son escoltados hasta uno de los helicópteros que ha tomado tierra y embarcan con el equipo de rescate.
Reacción enemiga
Hasta el momento, todo el operativo ha discurrido sin incidentes, pues no se ha producido ninguna reacción enemiga y esta no tendrá lugar hasta que el director del ejercicio lo ordene, pero en la realidad todas las posibilidades están abiertas y se han dado casos de encontrar a los rescatados muertos o que el enemigo ha esperado a las unidades de rescate para tenderles una emboscada o que el rescate es un completo éxito, como se revela en en este supuesto.
Y esto es porque la aparición de los supuestos yihadistas tiene lugar ya con los pilotos en aire en un helicóptero y el pelotón que todavía queda en tierra esta alerta formando una posición erizo, capaz de defenderse en todas direcciones, y cuenta con el apoyo de fuego que ambos helicópteros artillados le proporcionan.
A esto se suma un factor comprobado en Afganistán, las fuerzas de los talibán han revelado ser muy mediocres tácticamente en combate directo contra unidades occidentales, con lo que el combate termina con la mayor parte de los yihadistas muertos o heridos, mientras los efectivos de la EZAPAC se retiran por escuadras y embarcan en los helicópteros. La operación concluye con éxito y los pilotos rescatados sin perdidas.
Veredicto
Habida cuenta de la dificultad intrínseca a las operaciones de rescate de rehenes, es difícil dictaminar si esta operación hubiera sido un éxito como el reflejado, pero una cosa está clara: solo la práctica constante de este tipo de misiones puede garantizar el triunfo si llegan a acometerse.