La Agencia Espacial Europea (ESA) advierte que los índices de ozono sobre el Ártico se reducen drásticamente y las dimensiones del orificio permanente que presenta el manto del gas ha aumentado más de lo habitual.

Vale recordar que el ozono es un gas de la atmósfera que brinda protección a la vida en el planeta de la perjudicial radiación ultravioleta que emana del Sol. Este gas conforma una especie de manto protector en la estratosfera, a una altura de 10 a 50 km.

Condiciones que favorecen el fenómeno

Es un fenómeno que se ha visto favorecido por situaciones atmosféricas adversas, como el descenso extremo de temperatura en la estratosfera donde se encuentra el ozono, que en ocasiones es inferior a -80°C; más la luz del Sol, los vientos y compuestos químicos como clorofluorocarbonos (CFC).

El investigador del Centro Aeroespacial Alemán, Diego Loyola, informa que, a partir de la segunda quincena de marzo, las formaciones de ozono sobre el Ártico se han reducido a lo que regularmente se asume como índices de hoyos de ozono. Según sus registros, el espesor mínimo de capa en condiciones normales de presión y temperatura (1 atm y 0°C) es de 2,2 mm, valor al que no llega el nivel que presenta en este momento. Anualmente, finalizando la noche polar, inicia la reducción del ozono, en momentos donde la primera luz del sol toca el Polo Norte. Para el científico Loyola, la situación se revierte finalizando la segunda quincena de abril.

De acuerdo a los datos aportados por el satélite Copernicus Sentinel-5P, el orificio septentrional presenta actualmente una dimensión de hasta un millón de k2; menor del tamaño del hoyo en la Antártida, que cada año logra un volumen de 20 a 25 millones de k2, y permanece de esta manera por casi cuatro meses.

Uno de los gerentes de la misión Copernicus de ESA, el científico Claus Zehner, confirma que desde 1995 no se ha presentado una conformación de hoyos de ozono de esas dimensiones en el Ártico.

Las bajas temperaturas en el Ártico no acostumbran a descender tanto como en la Antártida. No obstante, este año, los fuertes corrientes que soplan en torno al Polo Norte capturaron el viento frío dentro del ‘vórtice polar’, que es un torbellino en la estratosfera.

Recuperación de la capa de ozono

El comportamiento de la capa de ozono en estas últimas semanas es contrario a lo manifestado en los últimos años. De acuerdo a una valoración del año 2018, el manto de ozono, en zonas de la estratosfera, se venía restaurando desde el año 2000 a un ritmo de 1 al 3 % por cada diez años.

Extrapolando este valor a futuro, se predijo una reparación total del ozono en latitudes medias del hemisferio norte para el año 2030, secundada por el hemisferio sur que se podía producir para el año 2050 y en las zonas polares, se espera la reparación total el año 2060 aproximadamente.