En la primera ola del COVID-19, Italia fue el país más afectado de Europa con 7.375 casos confirmados a comienzos de marzo, por lo que se aplicaron los confinamientos respectivos. Para finales de ese mismo mes, la curva de contagios subía considerablemente a lo largo del continente.

España, el país más castigado durante el inicio de la segunda ola

Para esta segunda ola que comenzó en agosto, España se destaca como la nación más castigada. Mientras que en los países que le rodean se experimenta una cierta detención del virus, en esa nación para finales de septiembre, se registraba un incremento en los contagios, con 200 diarios; si bien Bélgica, Francia y República Checa se acercaban a esa cifra, de acuerdo a los datos proporcionados por Our World in Data.

Ya para octubre, la República Checa y Bélgica doblan el impacto actual de España con 1.000 contagiados diariamente. Para el momento, España se sitúa en el puesto 13 de la lista, por debajo de Suiza, Eslovenia, Francia, Países Bajos…y por supuesto, de los mencionados República Checa y Bélgica. El profesor Joan Carles March, de la Escuela Andaluza de Salud Pública reconoce que España, posiblemente, ejecutó muy rápido su desescalada, lo que le perjudicó notablemente.

A su juicio, esto generó que comenzaran a presentarse repuntes de casos durante los meses de agosto y septiembre, antes de lo esperado para la segunda ola, sin embargo, estos eran remanentes de la inadecuada salida de la ola inicial.

Al respecto enfatiza que la segunda ola verdaderamente comienza en este momento, “…el otoño-invierno, porque es cuando llegan el frío y la vida en interior…”.

Casos de agosto y septiembre son remanentes de la primera ola

Es claro que para el profesor Carles March comienza en este momento la segunda ola, y que lo vivido en agosto y septiembre, son los restos de la primera.

De Europa, España es la cuarta nación con más casos registrados diariamente, superado por Italia, Francia y Reino Unido. Pero aparte de la incidencia diaria se debe considerar la propensión en los países, pues la mayoría está en peores condiciones iniciando octubre.

Por ejemplo, dentro de los países que superan el millardo de residentes como Serbia, Polonia, Italia y Suiza son los que tienen un desarrollo más negativo.

En el caso de Francia, empezó el mes de octubre con algo menos de 2.000 casos por día, y finalizó con cerca de 25.000, con lo que sobrepasa la cantidad diaria de España que, sin embargo, continúan subiendo y se encuentra entre las más altas del continente europeo.

Sin embargo, últimamente, Italia aparenta haber parado el paso de desarrollo, aun cuando continúa siendo acelerado: las infecciones a tres de noviembre eran 58% mayores que la semana anterior, cuando en España el aumento fue del 11% en ese lapso. Para Joan Caylà, integrante de la Sociedad Española de Epidemiología, el escenario es más peligroso para España, ya que, a lo largo de algunas semanas ese país ha sido el primero en cantidad de casos y se siguen agregando más.

Considerando comparativamente la última semana, las naciones que aún reportan más presencia en Europa, como lo son Bélgica y República Checa, evidencian mayores indicios de desacelerar los contagios e inclusive, ya se ve un leve descenso en la cantidad de nuevos casos diarios. Igualmente, Finlandia, Países Bajos, Irlanda, Albania y Reino Unido se sitúan entre los países donde se frena la expansión del virus, y hasta se reducen del 27 de octubre al 3 de noviembre.

De vuelta a las medidas restrictivas

El incremento de los contagios ha ido de la mano de la vuelta a las medidas de restricción, en los otros países de Europa. El 28 de octubre fue anunciado otro aislamiento general por parte de Francia, en momentos cuando sumaba una presencia de nuevos contagios de 586 personas por 100.000 habitantes, en una semana.

El Reino Unido secundó a Francia días después, anunciando el confinamiento de sus ciudadanos, y la clausura de toda actividad básica hasta el dos de diciembre, al contar con 334 casos diarios. Grecia ha sido el último país en tomar las medidas, que este jueves declaró un confinamiento general por el mes de noviembre, al alcanzar 10.000 casos en cinco jornadas. Esta semana reporta un promedio de 145 contagios.

Para Caylà la segunda ola del virus les llegó inesperadamente a estos países, pero diligentemente han aplicado nuevas normas, y todo indica que la controlarán relativamente rápido. El 25 de octubre se decretó el toque de queda en todo el país, como medida inicial del Gobierno español, para esta segunda ola, que acumula alrededor de 335 nuevos casos por 100.000 habitantes.

Las medidas previas regionales no lograron bajar la curva

Estas naciones que para el momento aplican normas enérgicas, habían procurado allanar la curva sin tener que acudir el cierre total. Ciertas prohibiciones que aplicaron, como las clausuras de bares o toques de queda, no han logrado controlar el contagio comunitario. Ejemplo de esto fue Italia que decidió aplicar un toque de queda en varias regiones, por el mes de octubre, hasta anunciar su extensión a nivel nacional, este 5 de noviembre.

Otro país que experimentó la misma dinámica frente al virus fue Bélgica, quien lo intentó inicialmente con su capital Bruselas, que finalmente se ha decidido por la interrupción de toda actividad básica, hasta el 13 de diciembre, al momento de tener una incidencia por día de 1.350 contagios.

Ha sido uno de las que más ha demorado en responder: inclusive, su primera norma a nivel nacional para en esta segunda ola, se aplicó al momento de alcanzar los 750 casos diarios, y consistió en la clausura de la hostelería y el toque de queda.

En cuanto Alemania, ha mantenido un programa semejante al de España, dejando a sus diferentes estados que se organizaran a lo largo del repunte de casos, bajo la coordinación del Gobierno central. Sin embargo, Angela Merkel ha promulgado la clausura de las cafeterías, sitios de ocio y gimnasios, por un mes en todo el país, al arribar a 151 nuevos casos en 7 días.

March asegura que las naciones se están manejando pausadamente, ya que presienten que no se debe afectar la economía, y al respecto reflexiona “…si no hay salud, no habrá economía”; si bien explica que ve una reacción más resuelta en otras regiones.

Acota, por ejemplo, que en París no pasó un mes de las primeras medidas, y se decretó el confinamiento; en tanto que, en España, cuando se presentó el conflicto entre el Gobierno y la Comunidad de Madrid, ya se superaban los 500 infectados por cada 100.000 habitantes, en dos semanas. Finalmente, opina el doctor March que la única que posiblemente lo hizo a tiempo fue Asturias y que, si España termina en un aislamiento domiciliario, sería por no haber aplicado las normas restrictivas a tiempo.