Este asteroide de dimensiones extraordinarias, en comparación con otros cuerpos celeste que han pasado cerca de nuestro planeta, fue localizado por el El Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, el cual ha considerado que presenta un volumen excepcional y que pasará por la órbita de la Tierra a finales del mes de abril del presente año; aunque sin peligro real de que impacte con el planeta.
De gran tamaño, pero a gran distancia
Los expertos de la NASA lo avistaron por primera vez en el año de 1998 y precisan que cruzará a una longitud de 3.908.791 millas de la Tierra, o sea, a más de 6 millones de kilómetros.
Esta es una distancia superior a la que existe entre la Luna y nuestro astro, por lo que se descarta que constituya un riesgo inminente.
De acuerdo a los cómputos realizados por la referida institución, el tamaño real del asteroide denominado oficialmente 52768 (1998 OR2), podría oscilar de 1,5 a 4 kilómetros de diámetro, y viaja con una rapidez de 8,7 kilómetros por segundo.
Está clasificado como un cuerpo celeste de alto riesgo, en vista de que cruza cerca de la órbita terrestre, pero en la actualidad no se halla en la lista de probables episodios de impacto a futuro con la Tierra, que registra la NASA mediante el Sistema Sentry, el cual realiza un monitoreo de colisiones computarizado, que escanea permanentemente el inventario de asteroides más actualizado, en busca de probabilidades de impacto a futuro con la Tierra, para los próximos cien años.
Cotejando el asteroide 52768 (1998 OR2) con otros objetos celestes para establecer diferencias, se tiene, por ejemplo, que el asteroide Chelyabinsk, el cual tenía aproximadamente 15 metros de ancho por 17 de longitud, colisionó en Siberia el año 2013 y ocasionó alrededor de 1.500 heridos y varios derrumbes en edificaciones.
En el supuesto negado de chocar con el planeta Tierra, lo que sería un caso remoto, las investigaciones indican que podría devastarlo casi en su totalidad.
La defensa planetaria en plena actividad
Vale destacar que la NASA y otras agencias, desarrollan programas actualmente, para analizar asteroides próximos a la Tierra, y disminuir drásticamente el riesgo de un impacto. El observatorio encargado de este trabajo se encuentra en el Cerro Pachón, al centro-norte de Chile.
Aparte de detectar objetos próximos a la Tierra que pueden constituir una amenaza; determinar el tamaño y la órbita de un asteroide es la batalla principal, por cuanto esto facilita la predicción de objetos adyacentes al planeta.
De acuerdo a Ed Lu, director del Instituto de Asteroides de la NASA, la defensa planetaria se encuentra en plena actividad, pues para este año también el Observatorio Vera C. Rubin entrará en funcionamiento, y posibilitará la revelación de miles de asteroides en órbitas que podrían aproximarlos a la Tierra.
A su juicio, se vive un período apasionante porque se encuentran al borde de un gran incremento de nuevas observaciones, que facilitarán buscar diez veces más asteroides de los que han rastreado.
Por otra parte, las misiones OSIRIS-REx de la NASA y Hayabusa2 de Japón se encuentran estudiando asteroides en el sistema solar, las cuales tienen como objetivo final traer porciones de estos a la Tierra, para los próximos años.
La Cámara de Objetos Cercanos a la Tierra, denominada NEOCam, se encuentra identificando objetos próximos a nuestro planeta.
Igualmente, la misión DART de la NASA, cuyas siglas se traducen en Prueba de Redireccionamiento de Doble Asteroide, es un ensayo de defensa planetaria para impedir que un asteroide choque la Tierra.
DART, la cual posee una ventana de lanzamiento que se estrenará en julio del año 2021, realizará una visita a un sistema de asteroides binarios, donde dos de estos se orbitan mutuamente, teniendo como meta cambiar el rumbo de un asteroide de pequeñas dimensiones.
El proyecto persigue que DART se impacte con una luna (pequeño satélite natural) del asteroide próximo a la Tierra llamado Didymos, el cual es del tamaño de un asteroide que podría constituir amenaza.
Finalmente, la Agencia Espacial Europea, con su misión complementaria Hera, medirá con exactitud cómo se alteró la velocidad del asteroide de mayor tamaño, y analizará el cráter de choque de DART en la luna de Didymos.