Brian May es uno de los rockstars más populares del mundo, o al menos lo fue, durante la década de 1980, cuando todos asociaban los riffs de su guitarra con la voz de Freddie Mercury, en el grupo Queen.
Lo que solamente saben sus fans y algunos miembros de la comunidad científica es que Sir Brian May también es un astrofísico de la Real Sociedad, y que a veces se dedica a pasatiempos poco comunes, como por ejemplo, cazar asteroides. Y esto es exactamente, lo que hará con la misión japonesa Hayabusa 2, que ha solicitado su ayuda para la exploración del asteroide Ryugu.
May se hizo famoso gracias a Queen y a Freddie Mercury, pero no fue sino hasta el año 2007 que logró doctorarse en Astrofísica en el Imperial College, tras retomar la tesis de grado que había hecho a un lado hacía tres décadas. Algunas destacadas investigaciones le han dado un cierto renombre científico, razón por la cual la Agencia Aeroespacial Japonesa (JAXA) ha solicitado su apoyo en la misión de exploración de Ryugu.
Una visión, un rockstar y un asteroide
Específicamente, la colaboración directa de Brian May no fue ir al espacio en traje de astronauta, ni mucho menos. Esta consistió en la elaboración de una imagen 3D de Ryugu, separadas por apenas 13 minutos de diferencia.
Para complementar la noticia, la mañana del 27 de junio de este año, la Agencia Aeroespacial Japonesa anunció que después de toda la preparación, la misión espacial había arribado a la superficie de Ryugu, tras un viaje de 3 años y medio, con una distancia de 280 millones de kilómetros de la Tierra.
Una curiosidad extra para los fanáticos: la difusión de la primera imagen de Ryugu en la página del guitarrista coincidió con la llegada de la misión a su superficie. Esta vez ninguno de los fanáticos del músico “mordió el polvo”, pero si aún no han visto las imágenes, les garantizamos una buena dosis de materia estelar.
Una estrella del rock que educa sobre asteroides
May, quien se ha caracterizado por ser un gran entusiasta de los viajes espaciales, se puso en contacto con los miembros de la misión Hayabusa 2 para proponerles la realización de la imagen, trabajo que ya había desempeñado con anterioridad, utilizando otros cuerpos celestes como modelo.
May contó con la ayuda del investigador Patrick Mitchell, distintos integrantes de la misión, gracias a los cuales pudo dar forma a la imagen que posteriormente, sería difundida para conocimiento del público general.