La fiebre aftosa o glosopeda, conocida en ingles como mouth and foot disease (enfermedad de la boca y las patas), es una enfermedad viral altamente transmisible en poblaciones de Animales ungulados o de pezuña hendida, que afecta principalmente al ganado bovino, porcino, ovino y caprino, que afecta la economía de la unidades de producción y dificulta la comercialización internacional de productos de origen animal en los países afectados.

Etiología de la fiebre aftosa

El agente causal de la fiebre aftosa es virus con genoma ARN, de la familia Picornaviridae y genero Apthovirus.

Posee una envoltura externa o cápside desprovista de revestimiento lipoprotéico, es de forma icosaédrica y su diámetro oscila en 22 y 33 nanómetros. Desde el punto de vista serológico se han descrito 7 serotipos: A, O, C, SAT-1, SAT-2, SAT-3 y ASIA-1, y no existe inmunidad cruzada entre ellos, es decir que la infección por un serotipo no confiere inmunidad contra los demás virus.

Epidemiología de la fiebre aftosa

En Europa y América, se han identificado los serotipos A, O y C; mientras que los serotipos SAT han sido descrito en el continente Africano y el serotipo ASIA es exclusivo de ese continente. El periodo de transmisibilidad es muy variable, pudiendo observarse que animales bovinos recuperados de los signos clínicos, son portadores del virus y transmisores de la enfermedad hasta por dos años.

La transmisión ocurre por contacto directo entre los animales sanos y uno enfermo, durante el olfateo y las lamidas, conductas muy frecuentes en los rebaños bovinos.

La contaminación de los alimentos y agua con saliva, orina y heces, también juega un papel importante en la transmisión del virus entre los animales. Asimismo, los seres humanos, otros animales domésticos y aves, e incluso los vehículos, pueden servir como vectores del virus al transportar en la superficie partículas virales infectivas.

Los productos cárnicos provenientes de animales infectados pueden servir como fuente de diseminación de la enfermedad de un país a otros.

Sintomatología y hallazgos clínicos de la fiebre aftosa

El periodo de incubación es de 2 a 18 días. La patología cursa con fiebre alta, anorexia y disminución de la producción de leche y ganancia de peso; un síntoma característicos es la formación de ulceras o aftas en la mucosa bucal, la cuales son muy dolorosas por lo cual los animales dejan de comer, observándose a menudo salivación excesiva o sialorrea;

Seguidamente se evidencian lesiones similares en las pezuñas y en la ubre; las lesiones podales son frecuentes en el espacio interdigital y en el rodete coronario de la pezuña, las cuales producen claudicación de grado variable según la gravedad de las lesiones.

La tasa morbilidad es extremadamente alta, debido a la infectividad y patogenicidad de estos virus, pudiendo enfermar al 100% de los animales susceptibles en un rebaño. En cuanto a la tasa de letalidad general por fiebre aftosa, esta suele ser baja, pero en animales jóvenes puede oscilar entre 30 y 50% de los becerros.

Prevención y control de la fiebre aftosa

Las medidas preventivas en las zonas afectadas por el virus se basan en la vacunación periódica de los rebaños y sacrificio inmediato de los animales enfermos. En zonas libres de aftosa se recomienda un adecuado control en fronteras terrestres, puerto y aeropuertos de la entrada de animales y subproductos cárnicos.