Suecia ha tenido que pedir ayuda a la Unión Europea para afrontar la ola de incendios forestales más grande que se recuerda en el país. Hasta 52 fuegos estaban ayer todavía activos, algunos de ellos por encima incluso de la línea que delimita el círculo polar ártico, y habían quemado hasta 20.000 hectáreas, cuando la media anual en el país nórdico es de unas 2.000.

Dos aviones de bomberos italianos, helicópteros noruegos y dos hidroaviones franceses se han sumado a las tareas de extinción, en el que también participan soldados, guardacostas y grupos civiles.

Los bomberos suecos han desplegado todos sus efectivos y han hecho volver incluso agentes que estaban de vacaciones.

La zona más afectada, con más de 8.500 hectáreas arrasadas, era la que quedaba cerca de la localidad de Ljusdal, en el centro del país, y más de 300 kilómetros al norte de la capital, Estocolmo. Varios municipios de esa zona han sido evacuados de urgencia y, de momento, no se ha registrado ninguna víctima del fuego.

"La situación en la que nos encontramos es excepcional", dijo el primer ministro sueco, Stefan Löfven, en una visita a la zona afectada. Una excepcionalidad que tiene que ver con las temperaturas inusualmente altas que experimenta todo Escandinavia desde hace semanas.

En mayo pasado, de hecho, fue el mayo más caluroso en Suecia de los últimos 150 años.

La falta de lluvias, que ya hace cerca de tres meses que dura, ha generado una sequía que afecta a todos los países nórdicos. Según el sistema de vigilancia europeo Copernicus, ayer también había incendios activos en Finlandia y en la zona ártica de Rusia.

La temperatura llega a 33 grados en Laponia

La ola de calor histórica, que arrancó en mayo, ha dejado temperaturas de récord, como los 32,5 grados registrados en Kvikkjokk, un pueblo sueco situado justo al norte del círculo polar ártico. Este miércoles, 18 de julio, la estación de observación de Kevo, al norte de Finlandia, fijó un récord histórico en Laponia, donde se alcanzaron los 33 grados, según el Instituto Meteorológico de Finlandia.

A pesar de que los científicos tendrán que estudiar a fondo las anomalías, todo hace prever que esta situación sin precedentes se puede vincular a los nuevos escenarios ligados al cambio climático, que se prevé que afectarán especialmente la zona ártica.

Las autoridades de Suecia combaten, con ayuda exterior, unos 80 fuegos

La ola de calor, que se ha extendido más allá de los países nórdicos, ha provocado incluso que algunos días de este mes de julio haya hecho más calor en el norte de Noruega que el punto más cálido de Cataluña.

Esta misma semana en Makkaur, en el círculo polar ártico, se ha registrado una temperatura mínima de noche de 25,2 grados. Hasta ahora no había precedentes de una temperatura mínima tan elevada en el norte de la península Escandinava, informa Manel Cascante.

Otros países de la zona tampoco se han librado de las altas temperaturas y la sequía persistente, como el Reino Unido, Irlanda, Polonia y Alemania. En general toda Europa ha registrado este 2018 el mayo más cálido. La mala noticia es que esta ola de calor y sequía se intensificará aún más sobre Escandinavia, el norte de Europa y el noroeste de Rusia. Durará hasta agosto.