El escape de aproximadamente 690.000 peces tratados con antibitóticos de una empresa salmonera provocó que el Gobierno de Chile solicitará el cierre de la granja ubicada al sur de ese país. Los peces tratados no son aptos para el consumo humano y podrían producir graves alteraciones ambientales. A raíz del paso de una tormenta ocurrida el pasado 5 de julio, diez jaulas salmoneras que albergaban a los peces se deterioraron. Esta situación provocó que los peces escaparan hacia el mar de las costas de la región de Los Lagos, donde está ubicada la piscicultura Punta Redonda.

La unidad de producción piscícola pertenece a la mayor empresa productora salmón a nivel mundial, la multinacional Noruega Marine Harvest.

Medidas legales

El pasado miércoles 18 de julio, la Superintendencia del Medio Ambiente del país austral, solicitó la aplicación de una “medida urgente y temporal” ante el Tribunal de Ambiente de Valdivia. La medida preventiva tiene como objetivo detener la explotación en la granja salmonera de Marine Harvest Chile, por un lapso de un mes.

El tribunal solicitó a la empresa multinacional que aclare la situación ocurrida, antes de tomar una decisión al respecto. Por esta grave falla, la justicia chilena puede imponer severas sanciones contra la empresa, que van desde pagar una multa de hasta 7 millones de dólares hasta el cierre definitivo de la granja.

Sernapesca, Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura de Chile, es el organismo público encargado de los temas concernientes a la materia, y ha formulado una denuncia ante la Superintendencia de Medio Ambiente contra la multinacional Marine Harvest, por fallas en el mantenimiento y la seguridad de la granja piscícola.

La empresa señaló que 5,7% de los peces escapados habían sido capturados el miércoles, en una operación supervisada por Sernapesca, y los organismos de seguridad del país austral.

Sin embargo, la Ley General de Pesca y Acuicultura vigente en ese país señala que una empresa que incurra en este tipo de fallas y no logre capturar al menos 10% de los peces, estaría en un período de 30 días, pudiera ser sancionada por la presunción de haber generado daño ambiental.

Un riesgo ambiental

La fuga de estos peces es una grave situación y sin precedentes en ese país, en vista de que los salmones fueron medicados con Florfenicol, un antibiótico de amplio espectro de acción, exclusivo de uso veterinario y con contraindicaciones para su uso en humanos.

Según la Superintendencia de Ambiente, es muy probable que estos peces contengan residuos del antibiótico empleado, situación que podría ocasionar reacciones adversas personas alérgicas a esos medicamentos. Adicionalmente, han señalado que los efectos al medio ambiente podrían ser muy graves, pudiendo afectar a otras especies marinas nativas y a ecosistema en general. Esto se debe a que los salmones escapados podrían transmitir agentes patógenos y algunas enfermedades a otras especies de vida libre. Además, los peces escapados son de una introducida y depredadora, que pudiese modificar de forma permanente, el ecosistema al afectar el equilibrio de la biodiversidad marina.

Detrás de Noruega, Chile se ubica en el segundo lugar entre los productores de salmón a nivel mundial.

En ese país nórdico se han presentado eventos contra el ambiente que han involucrado altas tasas de mortalidad de especies autóctonas debido al crecimiento y proliferación de especies algas introducidas, por la actividad de cría de salmón.