Ha ocurrido en Argentina, en la ciudad de Neuquén, en el barrio de Belgrano. La víctima es una mujer de 28 años. El autor de la violación es un pastor evangélico de 52 años.

Según ha publicado el diario argentino 'La Mañana de Neuquén', la víctima acudió al pastor para pedirle consejo porque no se encontraba bien “a nivel espiritual” desde hacía un tiempo y éste replicó que su malestar se debía a una posesión diabólica de la que había sido objeto en recientes fechas.

Abuso de confianza

Luego el pastor se ofreció para realizar un exorcismo con objeto de liberar a la mujer de tal posesión, proponiendo el domicilio de la víctima como el lugar más indicado para llevarlo a cabo.

Ella accedió, por la confianza que le inspiraba el pastor, ya que solía acudir con regularidad a la iglesia para asistir a sus celebraciones religiosas.

Una vez en el domicilio de la mujer, el pastor le indicó que se tumbase en el suelo, sobre una manta, tras haber encendido algunas velas, y dio comienzo a una serie de tocamientos que fueron subiendo de tono hasta que fue él quien realmente se endemonió, perdiendo los estribos, para abalanzarse sin contemplaciones sobre la mujer y forzarla sexualmente hasta las últimas consecuencias, pues se da la casualidad de que la víctima era virgen, según confesó ella misma a los investigadores del caso, que ya está en manos de la justicia argentina, concretamente la Fiscalía de Delitos Sexuales – el fiscal Andrés Azar, comprometido con la causa contra los delitos de Violencia de género en Argentina se ha encargado de realizar las pericias previas.

Sedación previa

Al parecer el pastor utilizó algún tipo de droga para que la mujer no fuera plenamente consciente de lo que le estaba sucediendo, ya que, según confesó, ella no pudo percatarse de la violación hasta que ésta ya se hubo consumado.

Por fortuna luego la víctima tuvo el suficiente estado de ánimo para guardar la manta sobre la cual se había perpetrado el acto como prueba de cargo, ya que en ella se habían impregnado las secreciones del pastor junto a la sangre que ella derramó al perder la virginidad.

A los investigadores policiales les sorprendió la autosuficiencia del pastor evangélico, que no hizo nada por ocultar su crimen, pensando que ejercía suficiente “dominio psicológico” sobre la víctima para impedir que lo denunciase a las autoridades.

Las redes sociales se han hecho eco de lo sucedido, protestando contra esta nueva muestra de maltrato machista. La opinión pública argentina lamenta vivamente este “acto execrable”, según lo han calificado las autoridades de Neuquén. Y el feminismo internacional estudia organizar actos de protesta.