La crisis del COVID-19 está afectando a la población en todos los niveles. Uno de los sectores más perjudicados es el turismo y a su vez además de todos los negocios afectados por la falta de turistas, hay otros factores a tener en cuenta: la delincuencia. Con la falta de víctimas extranjeras visitando nuestro país, los hurtos han bajado y se han desplazado a la zona alta de Barcelona, afectando a personajes públicos muy conocidos, como Shakira y Piqué, entre otros.

Shakira y Piqué son alertados del aumento de hurtos en su zona

Barrios como Pedralbes, Sant Just Desvern o Esplugues, famosos por su seguridad y elevados precios, están viéndose afectados por delincuentes locales que han decidido cambiar su objetivo de los turistas del centro de Barcelona, a la zona más rica.

Shakira y Piqué, unos de los famosos afectados, han sido alertados por los colegios de la subida de la delincuencia en su zona.

Estos barrios son habitados en su mayoría por personajes famosos como los hermanos Estopa, Isak Andig (de Mango), y herederos de grandes fortunas, teniendo en cuenta que los precios no bajan del millón de euros y pueden alcanzar los 10 millones.

Los colegios más elitistas de la ciudad condal están sufriendo con la subida de la delincuencia

Hace dos años Shakira y Piqué sufrieron un robo en su propia casa, como suele suceder en zona de chalets donde los atracadores profesionales aprovechan para entrar en las viviendas, pero esta vez es diferente, pues los robos están sucediendo a pie de calle, viéndose afectados los hijos de los millonarios que viven en las zonas altas de Barcelona.

Estos hurtos están siendo protagonizados por delincuentes locales, que en su mayoría sin armas, aprovechan las salidas de los colegios privados de alto standing para robar a la juventud, así lo ha hecho constar en su comunicado el director del colegio de los hijos de Shakira y Piqué.

Varios afectados por los hurtos de zonas altas han relatado la situación que han vivido

En estas zonas altas, lo más común es que las personas que viven allí entren y salgan de sus casas y chalets con sus coches, excepto los más jóvenes, quienes al tener los centros educativos cerca del domicilio, van a pie, y en ese transcurso desde la casa al colegio sufren estos altercados.

Son varios jóvenes que han relatado su experiencia traumática durante su trayecto de ida al colegio o al instituto. A una chica le rociaron un líquido para robarle sus pertenencias y se quejó de que ya no se siente segura en su propio barrio; otro estudiante que fue amenazado a punta de cuchillo y le sustrajeron el teléfono móvil y el ordenador portátil, entre otros casos.

La policía les ha confirmado al interponer las correspondientes denuncias que las familias que van a las escuelas privadas de la zona alta de Barcelona son el nuevo objetivo de la delincuencia, dada la bajada del turismo por la pandemia que estamos viviendo.