Ángel Hernández, el hombre que decidió cumplir el deseo de morir de su Mujer, ha visto cómo su caso ha pasado a un tribunal de Violencia de género. El hombre se ha mostrado indignado, ya que se considera feminista y lo ha demostrado toda su vida.
El Juzgado de Instrucción nº 25 de la ciudad de Madrid que hasta este momento tenía asignado el caso de Ángel Hernández -el hombre que tuvo que ayudar a morir a su esposa enferma de esclerosis múltiple en fase terminal tras treinta años de enfermedad- ha decidido inhibirse a favor del juzgado dedicado a los casos de violencia contra la mujer, por lo que la investigación seguirá como si fuera un caso de malos tratos.
Ángel se ha mostrado totalmente indignado ante los medios de comunicación ya que él, personalmente, siempre ha sido feminista
El propio Ángel no entendía cómo el Juzgado de Instrucción había tomado la decisión de que el caso deba ser tratado como si fuera de violencia de género, ya que la doctrina marcada por el Tribunal Supremo indica que la ley obliga a que este tipo de casos deban ser atendidos por un juzgado especializado en violencia de género (el cambio fue hace solo tres meses, todo acto de tipo violento de un hombre hacia una mujer que sea su pareja o con la que mantenga algún tipo de relación sentimental debe ser considerada violencia de género, sin tener en cuenta las circunstancias o las causas).
La razón principal es que estamos ante un hecho que ha tenido lugar en el seno de una relación amorosa o de pareja y, por esa razón, debe ser estudiado por un juzgado especializado en este tipo de delitos.
Ángel considera que todo lo que está pasando no tiene sentido. No solo tuvo que vivir que la policía le arrestara, saliendo esposado de su casa y pasando una noche en un calabozo como si fuera un delincuente...
Ahora, las leyes le acusan de ser un maltratador.
Ángel ha recordado en su intervención en “Cuatro al día” que, justamente, decidieron grabar la muerte de su mujer para evitar que él fuera acusado de haberla asesinado. Para el hombre, el gesto de ayudar a su mujer sea considerado como un caso de violencia de género es un verdadero insulto.
María José Carrasco, la esposa de Ángel, padecía esclerosis múltiple desde hace más de treinta años y llevaba años luchando para que su dolor se acabase de una vez. Su marido estuvo en todo momento a su lado, cuidándola, dándole todo el apoyo y el cariño necesario.
Si hace 23 años él fue capaz de evitar su suicidio, hace unos días era él la persona responsable de ayudarle a tomar la sustancia que terminaría con su vida, con el dolor que padecía cada día.
Ángel explicó a la policía que su mujer llevaba tiempo pidiéndole que le ayudase a irse y los últimos cuatro meses fueron terribles
El marido de Maria José jamás quiso ocultar que su colaboración era imprescindible para que la mujer pudiera tener una muerte digna.
Incluso grabó todo el proceso y avisó a los reporteros de “Cuatro al día” que hacía unos meses le habían dado una plataforma para explicar su historia,
El duro final de María José acabando con su vida se emitió en varios medios de comunicación para que la gente entendiese el objetivo de la mujer: terminar el dolor que sufría.
Pero por ayudar a su mujer, ahora Ángel puede acabar dos años en prisión y no por cooperar al suicidio, sino por un homicidio consentido.