Era el año 1919 cuando España recibía su primer modelo de carro de combate; eran unos vehículos adquiridos a Francia construidos por la firma Renault del modelo FT-17; este en aquella época era considerado el carro de combate, o tanque como ya era conocido, más moderno del mundo, ya que incorporaba una mejora revolucionaria, una torreta giratoria que le permitía disparar en todas direcciones.

Los primeros seis ejemplares llegaban a la madrileña Estación del Norte, y desde allí, hacían el traslado por carretera por sus propios medios hasta los cuarteles de Campamento, donde serían presentados a posteriori al Rey Alfonso XIII.

En varias tandas España adquirió hasta 40 de estos carros. Después de 99 años de su llegada solo quedaban cuatro ejemplares usados como monumentos en distintos cuarteles. Es a partir de estos cuatro ejemplares que se ha reconstruido un ejemplar para ponerlo en funcionamiento.

Recuperar el Renault FT-17

Fue en 2012 cuando un grupo de miembros entusiastas del Ejército de Tierra, apoyados por otros voluntarios civiles, se embarcó en el proyecto de recuperar y poner en funcionamiento un FT-17. Los primeros pasos fueron reunir los cuatro ejemplares y juzgar cual era el que estaba mejor conservado, desechar piezas y elementos en mal estado, reparar piezas gastadas o inutilizadas y elaborar una lista de las piezas que faltaban y buscarlas tanto ya fueran originales o replicadas de una original.

Fue una tarea hercúlea pues en el mundo solo se conservan nueve de estos carros, sus repuestos hace décadas que no se fabrican y muchas de sus piezas simplemente no existen. Por ello fue necesario reconstruir piezas idénticas a los originales, desde planchas para el suelo, manparos, engranajes o eslabones de la cadena mediante moldes existentes o realizar esos moldes a partir de planos originales y fotos.

Conseguir repuestos y documentación fue un trabajo de detectives que incluyó contactos continuos con la casa Renault, visita a ferias internacionales de automoción, horas de investigación en Internet para encontrar indicios, los trabajos se centralizaron en el Parque Central del Mantenimiento de Sistemas Acorazados 1, PCMASA nº1, sito en el pueblo de Valdemoro.

El FT-17 en España

La Primera Guerra Mundial mostró la necesidad y validez de los carros de combate en el campo de batalla. Enfrascada en una sangrienta guerra en el Rif, España desplegó sus nuevos tanques contra los rebeldes rifeños en 1922. En principio su uso no fue triunfal pues los rifeños no se sorprendieron por la nueva arma y lograron volar dos ejemplares con dinamita.

Pero pronto se aprendió a emplearlos de forma inteligente y ya en 1923 en Tizzi Azza un sargento, Mariano García Esteban, obtiene la primera Laureada de San Fernando a un carrista al repeler en solitario un ataque rifeño usando la ametralladora de su Renault; perdió un ojo en el combate y pese a todo siguió disparando y manejando su tanque contra las embestidas enemigas.

En 1925 se emplearon con total éxito en el desembarco de Alhucemas, haciendo de este el primer desembarco aeronaval con carros de la historia; aprendidas las lecciones resultaron decisivos para batir al enemigo y lograr la pacificación del territorio. Durante la Guerra Civil los 40 ejemplares disponibles se repartieron por igual en ambos bandos.

Desarrollo del proyecto

Aparte la dificultad de obtener repuestos y piezas originales, los fondos con los que contaba el proyecto eran muy escasos, pues estos debían extraerse del escaso presupuesto oficial para mantener el patrimonio museístico militar español y de donaciones privadas.

De hecho se creó la Fundación Corazas para impulsar el proyecto que recibió donaciones anónimas de visitantes al Museo de Medios Acorazados de la Base del Goloso, apoyo de empresas privadas como Sony y su filial de videojuegos Wolrd of Tanks o incluso celebridades implicadas como el piloto de rallies Carlos Sainz.

Cuando no había dinero, el proyecto se frenaba y además los profesionales dedicados al mismo debían atender sus obligaciones militares antes que dedicarse a recuperar el FT-17. Es por eso que el proyecto se prolongase tanto tiempo: seis años.

En funcionamiento

En su casa del Goloso, donde fue presentado y será exhibido, ver andar los 6.700 kg del FT-17 a 8 Km/h -se arranca con manivela, con un alcance máximo de 48 Km y un cañoncito de 37 mm en comparación con la mole ciclópea de un carro Leopardo 2E- induce a la sonrisa.

Pero es una sonrisa sana pues resalta la formidable evolución de las FAS españolas y su sociedad; además el hecho de ver en funcionamiento un carro de combate ya a punto de cumplir el siglo de existencia es un logro que dice mucho de la calidad e ilusión de los civiles y militares que se han involucrado en este proyecto.