Los pequeños y su entrenador, atrapados en la cueva tailandesa desde el 23 de junio, viven momentos cruciales. Las probabilidades de tormentas pronosticadas para las próximas horas han llevado a las autoridades a poner en marcha la operación rescate.

A primera hora de este domingo, han pedido la autorización de los familiares, para poder comenzar a evacuar a las 13 víctimas. El recorrido de 4 kilómetros que deben hacer los niños y su monitor, atrapados desde hace más de dos semanas, es peligroso. Basta recordar que un buzo murió hace apenas unos días, haciendo el mismo trayecto que deben realizar los menores.

La cueva en la que están atrapados presenta ciertas complicaciones que dificultan, aún más, la salida. Los niños y el entrenador, de 26 años, deberán realizar gran parte del trayecto para salir del lugar a pie, entre corrientes de agua y estrechos pasadizos. Unas 11 horas por cada grupo, desde que inician el recorrido hasta que llegan a la entrada de la cueva.

La tarea de rescate iniciada este domingo era la menos aconsejada por los rescatistas. La mayoría de los niños no sabía nadar y muchos menos bucear, dos aspectos esenciales para garantizar la correcta evacuación de los pequeños.